Eran las cuatro y media y ya me había cambiado de ropa unas diez veces. No había estado nerviosa el día anterior, y tampoco lo había estado aquella mañana cuando me desperté, pero conforme pasaban las horas, fui siendo cada vez más consciente de que iba a ver a Jimin. Y bueno, eso no era nada del otro mundo, pero el hecho de que íbamos a estar los dos solos sí que me lo pareció. Sobre todo, teniendo en cuenta que le debía un beso. Y encima estaba lo otro, eso que dijo sobre enseñarme algo. ¿A qué se refería exactamente? Porque por más vueltas que le daba, mi mente solo encontraba respuestas indecentes a aquella pregunta, haciéndome sentir una jodida depravada mental.
Volví a mirarme en el espejo. ¿Falda o pantalón? La pregunta más difícil de todos los tiempos. Si elegía la falda podría lucir mis piernas, que eran probablemente —junto con mi nariz— lo que más me gustaba de mi físico. Pero tampoco quería parecer desesperada por hacer que Jimin se fijara en ellas. ¿Tenía eso sentido, o le estaba dando demasiadas vueltas? Era una prenda de ropa, nada más, y debía importarme una mierda si Jimin pensaba que me la había puesto para seducirle con la imagen de mis bonitos muslos o no, porque no era así. ¿O sí?
—Ay, Dios mío... —gimoteé frente a mi reflejo.
—¿Qué pasa?
Di un respingo del susto cuando el reflejo de Yoa apareció junto al mío. Mi hermana me estaba mirando como lo que era: una esquizofrénica que sostenía una falda con su mano derecha y un pantalón con su izquierda, colocando ambas prendas sobre la parte inferior de mi cuerpo alternativamente una y otra vez. Llevaba un paquete de galletas en la mano, y a pesar de que siempre solía ir impecable, en casa siempre solía adoptar un aspecto más desaliñado, como si le diera paso a su antítesis. Eso sí, aún con aquella camiseta vieja y el pelo recogido de mala manera en una coleta baja, era guapísima.
—Me has asustado, idiota.
—Tenías la puerta abierta —explicó, encogiéndose de hombros—. Y estabas hablando sola, tenía curiosidad.
Después de decir eso, sus ojos se alternaron entre la falda y el pantalón un par de veces antes de volver a enfocarse en mi rostro. Yo estaba un poco sorprendida, porque Yoa no solía tener mucha curiosidad por nada que estuviera relacionado conmigo, y el hecho de que hubiera entrado en mi cuarto para preguntarme era un suceso verdaderamente inhóspito. Como una estrella fugaz o algo así. Tenía que aprovecharlo.
—¿Falda o pantalón? —le pregunté, ella siguió masticando como si nada y luego volvió a observar la ropa que yo sostenía.
—¿Para qué?
—Para salir.
—Ya me imagino, imbécil. —Me aguanté la risa para no ahuyentarla, pero aunque parecía que había dicho aquella obviedad adrede, no fue así. El hecho de que iba a estar con Park Jimin a solas me tenía un poco trastornada—. ¿Para salir a dónde?
—Ehhh... No lo sé.
—¿Cómo que no lo sabes?
—Es que es... A ver, voy con alguien, pero ese alguien no me ha dicho a dónde vamos a ir.
—¿Ese alguien es un tío? —disparó, y se me colorearon levemente las mejillas. No estaba acostumbrada a hablar del sexo opuesto con mi hermana pequeña—. Vale, es un tío.
—Sí, es un tío.
A pesar de que yo me sentía un poco inquieta por revelarle esa información, ella no parecía sentirse rara al hablar conmigo sobre la probabilidad de que aquella tarde tuviera una cita, no. Al contrario, pareció que eso la hizo entrar en "modo asistente de imagen personal", porque tiró el paquete de galletas sobre mi cama y se acercó a mí para arrebatarme las dos prendas de ropa que yo aún sostenía. De repente sentí pena por aquella falda, porque parecía que le iban a hacer un exhaustivo examen para el que no había estudiado nada.
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Cold as Fire » jjk, pjm
FanfictionEl comportamiento de Roa nunca estuvo ligado a su estricta cultura ni a lo que se esperaba de una "señorita de su estatus social", y las muchas críticas que recibió por ello le resbalaron como el más escurridizo aceite. Para ella, la vida era un jue...