Decidido: tenía que dejar de beber.
Era la segunda vez en un mes que me despertaba desubicada, con un dolor de cabeza horrible y en otra cama que no era la mía ni por casualidad. Otra cama cuyas sábanas desprendían un olor muy familiar, al igual que la camiseta que llevaba puesta. Y sí, sabía exactamente a quién pertenecía ese olor, así que el único motivo por el que no estaba teniendo un ataque de pánico era porque recordaba ciertas pinceladas de la noche anterior, aunque ninguna de ellas me ayudaba a entender cómo había llegado allí.
Me incorporé y obligué a mis párpados a mantenerse abiertos solo para que mis ojos me confirmaran aquella locura. Siempre podía haberlo soñado, ¿no? Eso habría tenido mucho más sentido, que todo hubiera sido producto de mi macabra imaginación, pero tuve que descartar esa opción cuando comprobé que, efectivamente, esa no era mi habitación.
Jo-der, ¿iba en serio? ¿De verdad estaba en la habitación de Jungkook? Porque eso implicaba que estaba en su casa. ¡En su casa! Pero de él... ni rastro.
Miré a mi alrededor una vez más. ¿Qué cojones hacía allí? ¿Vestida con su ropa? Si yo estaba en la gala tan tranquila, bebiendo champán. ¿Qué coño había pasado? ¿Me emborraché? ¿Le llamé? Y él no solo respondió sino que... ¿vino a recogerme y me trajo a su casa? No tenía ningún sentido. Ninguno. Me faltaba contexto, porque resulta que alguien había decidido beber tanto que no se acordaba de nada. Bueno, de nada tampoco. Repito que había algunas escenas que se me venían a la cabeza, como cuando Jungkook me quitó la ropa y...
Espera un momento.
Espera un puto momento.
Pero no, mi mente no quiso esperar y me regaló otro precioso recuerdo que, aunque bastante difuso, casi consigue provocarme una embolia. ¿También nos habíamos besado? ¿Jungkook me había desnudado y luego nos habíamos besado en su cama? ¿Eso quería decir que me había emborrachado y me había acostado con él? ¿Así de la nada? ¿Después de todo lo que me había dicho? ¿A cuento de qué? ¿A santo de qué? ¿Por qué? No podía ser.
«No saques conclusiones precipitadas cuando ni siquiera te acuerdas de cómo llegaste aquí».
Eso es, no tenía que sacar conclusiones aleatorias solo porque sí. Ni siquiera aunque todavía sintiera la presión de sus labios sobre los míos. Lo mejor sería esperar a que apareciera y preguntárselo directamente. Aunque podía morir de vergüenza en el intento, así que lo mismo no le preguntaba nada. Sí, mejor que no. Cambio de planes: observaría su actitud con la esperanza de que eso respondiera a todas mis dudas y, en caso de ser estrictamente necesario, le preguntaría. Exacto. Maravillosa jugada.
Aunque eso solo podría hacerlo si venía, claro. Porque llevaba como unos buenos diez minutos despierta y allí no aparecía nadie. Ni siquiera sabía qué hora era, aunque a juzgar por la luz que entraba por la ventana, parecía temprano. Pero eso no me decía la hora, así que... Vale, no llevaba el reloj. No pegaba con el vestido. Pues entonces... Mierda, ¿dónde estaba mi móvil? No lo veía por ninguna parte, y como me negaba a pensar que lo había perdido, me levanté de la cama dispuesta a rebuscar por toda la habitación hasta dar con él.
Bueno, ¿he dicho "me levanté"? Quería decir: me di cuenta de que mis piernas me respondían a duras penas y casi me como el suelo para desayunar. Aunque era raro, porque estaba demasiado blandito. Fue así como reparé en las mantas que lo cubrían, como si alguien hubiera dormido en él. Y si antes estaba confundida, ahora ya empezaba a dudar hasta de mi nombre.
¿Entonces Jungkook no había dormido conmigo? Pero juraría que... No sé, puede que todo fuera muy confuso, pero lo poco que recordaba parecía muy real. Además, tenía la sensación de que de verdad había pasado algo entre nosotros, como un pálpito. Pero ¿por qué iban a estar si no todas esas mantas en el suelo? Tenía que haber dormido allí. Y mejor así, porque no podía aceptar que Jungkook y yo hubiéramos hecho el ñiqui-ñiqui y yo no me acordara de nada. Eso sería un duro golpe. Lo peor que me habría pasado en la vida, básicamente. Y no por el simple hecho de no recordar la experiencia (que también), sino porque no podía concebir que nuestra primera vez hubiese sido tan... irrelevante y absurda.
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Cold as Fire » jjk, pjm
FanficEl comportamiento de Roa nunca estuvo ligado a su estricta cultura ni a lo que se esperaba de una "señorita de su estatus social", y las muchas críticas que recibió por ello le resbalaron como el más escurridizo aceite. Para ella, la vida era un jue...