Jimin y yo seguimos los gritos de auxilio, que cada vez se hacían más y más audibles. Y no solo eso, sino que, cuanto más avanzábamos, también comenzaba a llegar a mis oídos el sonido del agua corriendo a toda velocidad. El río estaba cerca, y me temí lo peor. ¿Y si alguien se había ahogado? No estaba nada preparada para ver a una persona ahogada, y menos si esa persona era una chica de mi edad.
Una chica de mi edad...
De repente, la idea de que fuese Yoa la que estaba pidiendo ayuda asaltó mi mente. Todo mi cuerpo comenzó a temblar mientras aceleraba mis pasos, guiándome por el sonido de la corriente. Sabía que era poco probable, pero seguía habiendo una posibilidad, y eso era más que suficiente para asustarme.
«Que no sea Yoa, que no sea Yoa».
Alguien volvió a gritar ayuda, y gracias a eso nos dimos cuenta de que estábamos a tan solo unos metros. Jimin, alentado por ese último grito, me adelantó y fue el primero que salió al claro que había entre los árboles que teníamos justo delante. Lo oí maldecir tan alto que el corazón me subió a la garganta, y cuando salí tras él y miré hacia el río, entendí por qué.
Justo como me temía, una chica estaba en el río, inconsciente. La mitad inferior de su cuerpo se mantenía sobre unas cuantas rocas a duras penas, y la otra mitad estaba sumergida en el agua. Pero la corriente era tan fuerte, que dudaba mucho que fuera a aguantar en esa posición mucho más tiempo si no volvía en sí.
Por suerte, su pelo no era negro, así que supe que no era Yoa en cuanto la vi. Sin embargo, el alivio que esperaba sentir al comprobar que aquella chica no era mi hermana pequeña no llegó, porque reconocí aquellos mechones dorados antes incluso de alcanzar a ver parte de su rostro. Era Minhye.
—¡¿Qué ha pasado?! —gritó Jimin hacia la chica que había estado pidiendo ayuda. No la conocía, jamás la había visto—. ¡¿Qué coño ha pasado?! ¡¿Cómo ha llegado Minhye ahí?!
La chica no paraba de llorar, negando para sí misma. La pobre estaba conmocionada, y no me extrañaba lo más mínimo, porque yo también lo estaba. No podía dejar de mirar el cuerpo inerte de Minhye sobre las rocas y la fuerza con la que el río intentaba llevársela. Si nadie hacía nada, el agua la arrastraría. Y Minhye estaba inconsciente; se iba a ahogar.
Nervioso, Jimin intentó sonsacarle a la chica toda la información que pudo. Necesitaba saber cómo había acabado Minhye en aquella situación, pero la pobre no era capaz de decir más de dos palabras entendibles sin que su llanto la interrumpiera. Yo, mientras tanto, me había encerrado en mí misma. Seguía mirando a Minhye con horror, siendo plenamente consciente de que si nadie hacía nada, se iba a ahogar.
Con ese pensamiento rondando mi cabeza, mi cuerpo decidió salir de la parálisis que me había provocado la imagen y me acerqué hasta el borde del río todo lo que me fue posible. Las rocas no estaban precisamente cerca, sino a unos cuantos metros. Tendría que mojarme, meterme en el río. Y eso era muy peligroso, pero en ese momento no estaba pensando con claridad. En lo único en lo que podía pensar era en Minhye y en que si nadie hacía nada, se iba a ahogar.
Oí a Jimin llamarme a gritos, lo vi acercándose hacia mí por el rabillo del ojo mientras uno de mis pies levitaba sobre el agua con el propósito de hundirse en ella. Sin embargo, mi mente no era capaz de escucharle o procesar que lo que estaba haciendo era una locura. Mis neuronas no eran capaz de conectar entre ellas para entender que Jimin me estaba pidiendo que parara, pero me vi obligada a parar.
Mi cuerpo se elevó y mis piernas bailaron en el aire, alejándose del agua. Cuando volví a sentir tierra firme bajo mis pies, dos fuertes manos me agarraron por los hombros y me dieron la vuelta bruscamente.
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Cold as Fire » jjk, pjm
FanfictionEl comportamiento de Roa nunca estuvo ligado a su estricta cultura ni a lo que se esperaba de una "señorita de su estatus social", y las muchas críticas que recibió por ello le resbalaron como el más escurridizo aceite. Para ella, la vida era un jue...