Oscuridad

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Estaba todo oscuro, y solo la luz de la luna era la que iluminaba, junto la miles estrellas en el cielo. Me sentía bien con el silencio pero el ruido del poco viento que hacía mover las hojas, los sonidos de los animales nocturnos y yo. Se sentía tan bien que no quería irme de ese lugar.

Fla- ¿Que haces aquí sola?

Sam- ¡Que susto!

Fla- Es tan bonito, ¿verdad?

Sam- Precioso.

El silencio reinaba en ese entonces, pero nada era incómodo, sentía su mirada en mí, sentía su respiración, y mi pulso palpitando cada vez más rápido. Quería que me besara, quería que lo hiciera, pero a la vez me negaba.

Fla- Mirame.

Sam-¿Que?

Fla- Mirame.

Le mire y en sus ojos café podía ver la luna reflejada.

Fla- Te quiero besar, pero no quiero hacerlo si tu no quieres. No quiero que por culpa de eso volvamos a distanciarnos.

Sam- Está bien. Si quieres hacerlo puedes.

Fla- Si esto lo haces porque…

Sam- Bésame, bésame te lo estoy pidiendo.

El me cogió de la mejilla y sin aún separar nuestros ojos, junto nuestros labios. El movimiento era lento, el acariciaba mis labios con lentitud y eso provocaba que fuera más adictivo. Pose mis manos en su nuca y el bajo las suya a mi cadera, ambos acercando más nuestros cuerpos para cortar el poco espacio que había entre nosotros. Entonces perdí la emoción del tiempo, no se si solo pasaron unos segundos o minutos cuando nos separamos.

Y la primera palabra iba a decir cuando de mi teléfono empezó a sonar la ya conocida melodía, mi madre me llamaba.

Sam- Es mi madre.

Fla- Cogelo luego hablamos.

Pensaba que se iba a ir después de esa frase pero se quedó sentado y yo solo respondí su llamada.

|| Sam || ¿Mama?

|| Madre || Samantha donde estas?

|| Sam || En casa de un amigo.

|| Madre || ¡Son casi las diez de la noche!

|| Sam || Lo sé, te lo he estado diciendo durante toda la semana, esta mañana cuando me he ido te he dicho que a lo mejor pasaba la noche aquí, sí se hacía tarde.

|| Madre || Me podrías haber mandado un mensaje.

|| Sam || Lo he hecho hace una hora, pero como no respondias pensaba que…

|| Madre || Si no respondo me llamas.

|| Sam || Tampoco me lo ibas a coger.

|| Madre || Tu no te muevas, voy a buscarte yo misma.

|| Sam || Ya es muy tarde, mejor me quedo a dormir y vuelvo mañana temprano.

|| Madre || Estoy de camino. Llego en menos de una hora, te cuelgo que estoy conduciendo.

Fin de la trucada

Fla- ¿Que pasa?

Sam- Nada.

Desaparecí entrando a la cabaña dirección a la habitación donde me esperaba. Cogí mi pequeña mochila y empecé a guardar mis cosas en ella.

Mai- Te he visto entrar enfadada, qué pasa?

Sam- Nada.

Mai- ¿Te vas?

Sam- Si, mi madre me viene a buscar.

Mai- ¿A sido culpa de Flavio? ¿Si quieres me voy contigo?

Sam- No pasa nada, es solo mi madre como siempre, pero ya estoy acostumbrada.

Mai- Lo siento.

Sam- No es culpa tuya, no lo sientas tú.

Mai- ¿Entonces todo está bien con Fla?

Sam- Si, mañana quedamos por la tarde donde siempre y te explico.

Mai- Vale.

Mi madre llegó y ni siquiera me pude despedir de Flavio, ella estaba impaciente por irse y no quería hacerla enfadar más. El camino a casa fue silencioso, y la primera lágrima no faltó cuando me encerré en mi cuarto, ya no sabía si era por como mi madre siempre me controlaba como quería o los sentimientos que comenzaba a sentir de nuevo por Fla. 














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