Estaba encima del escenario, la melodía del piano empezaba a sonar, seguida de los bajos y la batería, pero no abría la boca, estaba congelada delante de todos los espectadores, haciendo el ridículo como siempre he hecho. Pero una voz empieza a sonar, era él empezando a cantar, le mire a los ojos, el me miraba y con su mirada me pedía que comenzara a cantar. Y así canté la primera estrofa mirándole a los ojos hasta que tuve la suficiente fuerza para cantar frente a todas las personas que se encontraban en el plato y delante de la cámara.
Nos encontrábamos sentados frente al pequeño estanque helado.
Sam- Lo he hecho fatal.
Fla- Que va, ha quedado muy bien. Natalia me lo ha dicho al salir.
Sam- Ya bueno, pero igualmente he hecho el ridículo, todo el mundo sabía que tenía que empezar a cantar yo.
Fla- Por favor olvídate ya de eso, es una tontería, nadie se ha dado cuenta y les da igual. Puedes dejar de preocuparte de que dirá la gente de ti. – dijo alzando un poco la voz.
Sam- Ya sabes como soy, no debería extrañarte. – dije en su mismo tono.
Fla- Pero pensaba que en todo este tiempo todo eso había desaparecido. – dijo más calmado.
Sam- Nada ha cambiado, todo sigue igual y nunca cambiará.
Fla- Sam deja de decir tontería y ser tan dramática. Han cambiado muchas cosas desde el primer día que nos conocimos y entre ellas nosotros.
Sam- Tal vez, ahora tengo un grupo de amigos más amplio, pero eso yo no lo busque y tampoco lo quería. Yo te dije desde el principio que no necesitaba amigos y tú insististe. Si no soportas como soy, no hace falta que te quedes conmigo.
Fla- Lo llevo haciendo durante cuatro meses.
Sam- Entonces si no puedes con esto vete.
Fla- No estas entendiendo nada.
Sam- No quieres estar aquí, así que vete.
Fla- ¿En serio quieres que me vaya?
Sam- Eso es lo que quieres.
Fla- ¿A lo mejor es lo que quieres tu?
Sam- Si, a lo mejor es lo que siempre he querido.
Fla- Si me voy, no voy a volver.
Sam- No voy a ser yo quien te lo impida.
Fla- Eres una niña Samantha, ¿eso es lo que eres? Dios, no me lo puedo creer.
Flavio, se va con los brazos levantados y sus manos acariciando su pelo.
Cuando él desapareció entre los matorrales y no escuchaba su voz, me derrumbé ahí, y en ese momento solo deseaba que me abrazara como siempre lo ha hecho. Me levanté y lo fui a buscar. Corrí hasta que lo encontré en la salida del parque.
Sam- Si, soy una chica inmadura y por ese motivo te necesito, para que me enseñes.
Él ni siquiera se gira y sigue caminando. Corrí hacia él y le cogí de la camiseta obligando a girar y que me mirara.
Sam- Yo nunca, lo que he dicho hace un rato, no lo pienso. Yo... te quiero Flavio. – le dije con lágrimas en los ojos.
Fla- Me ha dolido todo lo que me has dicho Sam, y una simple disculpa no me vale. Te he cuidado durante todo este tiempo, eras importante para mi y pensaba que tú pensabas lo mismo que yo...
Lo bese, pero él beso no duró mucho, porque él se apartó.
Fla- No quiero que jueges conmigo Sam.
Sam- No lo hago.
Fla- Prométeme que estas segura de esto, no te quiero hacer daño.
Sam- No lo sé, solo sé...
Fla- Te llevaré a casa, mañana hablamos.
No voy hacer un horario porque no se si lo podré cumplir, iré subiendo cuando pueda. Espero que no os moleste, pero todo se me esta viniendo encima y no llegó para todo. Pido perdón por no subir capítulo en casi una semana. Intentaré subir tres o cuanto, he pensado en subir el viernes o sábado unos tres cortitos cada semana pero ya veré lo que hago. Solo os recuerdo que voy acabar la historia.
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Quiéreme
RomanceHISTORIA COMPLETA Una niña que tan solo con seis años tuvo que aprender a vivir sin ser querida. Solo quería sentir ese sentimiento de echar de menos a una persona, que la cogieran de la mano y pasear por las calles, reírse de un mal chiste o unas c...