Dos idiotas

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Eso de que hablamos mañana nunca llegó a pasar.
Llevo dos semanas sin hablarme con Flavio, sí que nos vemos en clase o cuando quedamos con las chicas y los chicos, pero no nos dirigimos la palabra ni siquiera nos buscamos con la mirada. No entiendo nuestro distanciamiento, solo sé que estoy enfadada. Es la primera persona a la que expreso mis sentimientos y su única respuesta fue "hablamos mañana".

Me pase el resto de las vacaciones en mi habitación llorando. Me decía a mi misma porque lloraba por un idiota, cuando me prometí a mi misma que nunca volvería a llorar por nadie. Sentí que todo lo que avancé en ese tiempo, ese día lo retrocedí kilómetros y kilómetros.

Estaba en el suelo, herida y no había nadie que me levantara. La única persona que me cuidaba, me lastimo. Ni una simple llamada o mensaje, tan rápido todo puede desaparecer. Niña de cinco años me dice, entonces el qué es? Un inmaduro, eso es lo que es. Pretende dar lecciones y ni siquiera sabe qué hacer con su vida, ni lo que siente. Yo pasándolo mal, mientras tu te vas con tus amigos a jugar al estúpido futbol.

Ahora me pregunto si algo de lo que vivimos te importo, si es verdad que no jugaste conmigo y mis sentimientos. ¿Eres quien dices ser? ¿O solo es un papel? Noches sin dormir, tu invades todos mis sueños y me desperto, sudando, temblando, llorando y solo deseo que estuvieras a mi lado.
Te odio igual que te necesito, y no lo soporto. Solo espero que sufras como yo lo hago cuando estas lejos de mí. Porque seremos muy jóvenes, porque somos dos idiotas.

Mai- Vale ha llegado el momento de hablar de este tema. ¿Qué os ha pasado a ti y a Fla? Antes de las vacaciones, no podías estar ni un segundo separados y ahora ni siquiera os miráis.

Sam- No quiero hablar del tema, es un idiota no quiero saber nada de él.

Nia- ¿Pero qué ha pasado?

Sam- La verdad no tengo ni idea, porque no se lo preguntáis a él. De un día para el otro me dejo de hablar. Me dijo que quedaríamos para hablar y aun sigo esperando que me conteste al puto mensaje que le mande hace dos semanas.

Eva- Eso no es apropiado de Fla. ¿Qué raro?

Sam- Flavio no es quien dice ser, es un mentiroso.

Mai- ¿En qué te ha mentido?

Sam- En todo.

Mai- ¿Tiene novia?

Sam- Seguramente la tenga y también mienta, pero me da igual. Ahora me da igual como si ahora mismo se la esta tirando en el puto piano de su casa. - dijo aguantando mis lágrimas y empezando a elevar la voz.

Anaju- ¿Estas bien?

Sam- Ahora que lo he soltado todo si, estoy bien, perdón voy al baño.

Me levanté de la silla y me dirigí al baño del bar. Agradecí que ninguna me siguiera. Me encerré en el pequeño cuadriculado y me senté en el váter. Mis lagrimas empezaban a resbalar por mis mejillas, una detrás de otra. Lloraba en silencio, no quería que cualquiera que entrara escuchara mi llanto.

Llevaba ya un rato encerrada, a lo mejor las chicas empezaban a preocuparse, pero no me importaba. Pensaba que este tema de Flavio estaba superado, que podría hablar de él y pensar sin acabar llorando, pero estaba equivocada. Tal vez de verdad sentía cosas por él. Una melodía interrumpió el silencio que se había formado en el baño, era mi móvil, en él se veía el nombre de Flavio. no lo pensé dos veces cuando contesté la llamada. No le deje hablar cuando yo le estaba gritando.

|| Sam || Después de catorce días sin hablarme te decides ahora. Te lo voy a decir solo una vez. No me llames, no me escribas, no me hables, olvídate de mí. No crea que es muy difícil, después de todo es lo que has estado haciendo todos estos días.

Colgué la llamada y lo bloquee de todos los sitios, así sería más fácil olvidarme de él. El lo hizo muy rápido, además seguro que se equivocó de persona cuando me ha llamado. Estoy segura que hizo un reto con sus amigos; te reto a enamorar a la rarita del instituto antes de navidades y luego la dejas. Estúpida niña, estúpida. Llegar a pensar que serias alguien importante para alguien, ilusa.

Salí del baño me dirigí saque de mi monedero un billete de cinco, para pagar la bebida que pedí, y me despedí de las chichas con la excusa que mi madre me había llamado cuando estaba en el baño y por eso tarde tanto y me necesitaba en casa de inmediato.

Mis piernas se movían solas, sentía el viento en la cara, no sería muy tarde, pero tampoco temprano. Las calles estaban vacías, sólo personas que volvían del trabajo para llegar a su casa y reencontrarse con su familia.

Llegue a mi lugar, pero sentada ahí me recordaba tanto a él y todos los recuerdos se paseaban por mi cabeza, odiaba que en el único sitio donde podía olvidarme de todos mis problemas, se convertía en un sitio donde no podía estar.

Fla- Sabría que estarías aquí....










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