Perdóname

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El domingo por la mañana me llego un paquete a casa, me extraño ya que el domingo no había coreo. Pero al abrir la gran caja encontré un precioso vestido negro con lentejuelas y al lado una carta. Póntelo para esta noche, te quiere tu padre. 
Me pase toda la tarde arreglándome, con la ayuda de mis dos mejores amigas.
Llegó la hora de irse, ahora me encontraba en el coche de camino a la casa de mi padre y Rosa, donde me encontraría con los pequeños que hacía tiempo que no los veía.
Desde que papa se casó con Rosa, he vivido con ella y para nada era algo incómodo. Puede ser que Rosa sea lo más parecido que he tenido a una madre. Cuando llegó el primer hijo casi nada cambio solo que ya no era la niña de la casa, me llevaba súper bien con Albert y la pequeña Alba. Ellos eran los hermanos que nunca tuve, en esa casa se respiraba mucho amor y era preciso, me dolía que yo nunca pude tener algo así, pero mejor tarde que nunca siempre pensaba. Creo que los cuatro últimos años fueron uno de los mejores y empecé a ser más cercana a mi padre, tener su confianza y poder sentarme con el a la hora de cenar y contarle cosas que me había pasado durante el día, mientras el hablaba de su nuevo trabajo o se quejaba de cualquier tontería. Llegamos a pasar algunas tardes padre e hija y eso me hacia realmente feliz.

R- Sam cariño, como estás?
Sam- Muy bien Rosa.
R- Me alegro cariño, cuanto tiempo sin verte tienes que pasarte más a menudo. Albert pregunta mucho por ti.
Sam- En serio, que mono. ¿Como esta Alba?
R- A crecido mucho todo este tiempo. Venga vamos para dentro la cena ya está.
Entramos a la gran casa, seguía igual que antes nada había cambiado, al entrar me sentí como volver a casa. En el salo me esperaban mi padre y los pequeños.

PS- Sam ya has llegado.

Sam- Si ya estoy aquí.

PS- Me alegró, por un momento pensé que no vendrías.

Sam- No iba a rechazar la imitación de mi propio padre.

A- ¡Sammm! -ví como Albert corria torpemente hacía mi.

Sam- Mi pequeño.

Lo cogí en brazos mientras me daba un gran abrazo.

Sam- ¿Me has echado de menos?

A- Si mucho.

Sam- Yo también.

Nos sentamos a comer como hacíamos antes los cinco juntos, me sentía bien  y no podía parar de sonreír. Se veían tan felices los cuatro y espero que un poco de esa felicidad sea porque yo estaba ahí. Hablábamos como solíamos hacer antes, yo les conté que había entrado en el equipo de animadoras y que había echo nuevos amigos. Ellos sabían perfectamente que solo tenía a Mai como amiga, que no era muy sociable pero nunca me forzaron para hacer amigos nuevo.

La cena llegó a su final y los invitados empezaban a llegar, no me quise acercar así que me fui a la habitación de los pequeños, Rosa y mi padre no les molestó que yo bajará más tarde a recibir a los invitados, sabían que no me gustaba estar en sitios con mucha gente.
Alba cuando subimos arriba ya estaba dormida, pero Albert aún tenía energías para hablar y jugar un poco. Pero no duro mucho tiempo, mientras me hablaba de que había echo nuevos amigos en el cole y que me echaba de menos se quedó dormido. Le acurruque en su cama, le dijo un pequeño beso en su frente encendí su lucecilla y antes de cruzar la puerta me hacer que a la pequeña y le dijo otro pequeño beso en su frente, su calidad frente.
Al bajar las escaleras todo el mundo hablaba, no había mucha gente entre una vente y diez. Decidí que no hacia falta hablar con los invitados y me dirigí al pequeño balcón del salón.

Al cruzar la puerta me quedé muerta con lo que vi, no estaba preparada para ese momento.
¿Que hacia Flavio en es maldita celebración? La verdad me da igual no quiero saberlo. Decidí que la mejor idea era irme de aquí. Pero sus voz reposo en ese pequeño balcón.

Fla- Sam, eres tú.

En ese momento estaba de espalda, podía salir corriendo, pero ya sería la segunda vez, así que decidí girarme.

Sam- Si.

Fla- Pensaba que no estarías, bueno...

Sam- Si es raro que me lleve bien con la nueva familia de mi padre. - bromee pero parece que a el no le hizo mucha gracias. A lo mejor estaba enfadado conmigo por lo del Lunes, se que no fue su culpa, además me entere de que el sábado que viene no iba a jugar por lo que pasó el día siguiente en el pasillo.
El silencio invadió el pequeño balcón de la casa, era la primera vez que me sentía tan incómoda con Flavio al lado. Siempre que estábamos juntos nos lo pasábamos bien, aunque muchas veces nos picábamos pero al final solo eran pequeñas bromas que siempre nos hacíamos entre nosotros.

Sam- Me he enterado de que el sábado no jugaras.

Fla- Ya bueno tampoco no me preocupo mucho, no vivo para el futbol, como mi padre.

Sam- Parece que eso no era mentira.

Fla- Nada fue una mentira y yo te juro que no le dije a nadie de que nosotros íbamos a quedar.

Sam- Lo sé, me ha mandado un mensaje esta tarde Mai de que hablaste con ella. Tenía pensado hablar contigo mañana y pedirte perdón, a veces puedo llegar a ser una dramática.

Fla- Ni que lo jures, drama queen.

Ambos ríen.

Fla- Ahora en serio, perdóname tu...

Sam- Tú no tienes que perdonarme nada fui yo...

Fla- Vamos a entrar en un bucle como sigamos así.

Sam- Puede, te perdono gilipollas.

Fla- Yo también rubia.

Sam- La noche esta bonita hoy, se ven casi todas las estrellas.

Fla- Si es precioso.

Sam- Ojalá la noche durara para siempre, es el mejor momento del día, todo está tranquilo, no hay suido de gente ni coche ni obras. Eso solo silencio y oscuridad. Nadie te puede ni ver ni escuchar ya que todos duermen en sus camas, soñando o teniendo una horrible pesadilla.

Fla- Me encanta escucharte hablar, tu voz es tan dulce, pero a veces chillona. Mi voz no me gusta nada es muy grabe y parece que tenga sesenta años como mínimo.

Sam- A mi me gusta tu voz, es única, sobre salta entre todas.

Fla- Gracias supongo.

Sam- No seas gilipollas.

Fla- Ya ha vuelto la Sam que todos conocemos.

Sam- Tonto.– le salió una pequeña sonrisa.

PS- Sam, tienes que irte mañana tienes clase. Hola Flavio.

Fla- Hola señor Gilabert.

PS- Su padre le esta buscando en el salón.

Fla- Claro es tarde, que pase buena noche señor, nos vemos mañana Sam.

PS- Igualmente Flavio.

Sam- Buenas noches Flavio.

Flavio desapareció por la puerta del balcón.

Sam- Es solo un amigo del Instituto.

PS- Ya se que es solo un amigo. ¿Pero es guapo?

Sam- ¿Papá pero que dices?

PS- Conozco a Flavio desde que es pequeño, su familia es un encantó. Es un buen chico.

Sam- Ya pero no es mi tipo.

PS- Yo no he dicho sea tu novio. Solo que es mono.

Sam- ¡Jolín papa! ¿No me esperaban en el coche?

PS- Anda camina y no te sonrojes.













Aquí tenéis el capítulo.
Estoy sin wifi espero que mañana ya funcione porque tengo los capítulos en el portátil y no me los puedo enviar por mail, tengo uno más en el móvil guardado. Tengo dos en el portátil, buscare una solución si mañana sigo sin wifi.
Espero que os guste el capítulo y no os moleste todo esto.

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