62.

2.7K 242 39
                                    

No hay buenos días.

—Ni siquiera envío un mensaje.

Observo a Pey mordiendo la punta de mi lápiz nerviosa. Ella está con su celular en una de sus manos y con la otra me hace un gesto quitándole importancia a lo que digo.

—Quizás está ocupado.

—Quizás —ladeo la cabeza— o quizás está con alguien más.

Eso último lo murmuro pero Peyton parece tener oídos de gato y nada se le pasa.

—¿Apenas y comienzas con él y ya estás insegura?

Muerdo mi labio inferior. Eso sonó a regaño y tiene razón.

Aunque estoy segura que si le comentara a Peyton que hace una hora llame a James y lo único que pude oír en toda la llamada fue una voz femenina detrás de la suya que repetia su su nombre una y otra vez, pensaría igual que yo.

El ni siquiera le dió importancia ni quiso explicar de quién se trataba.

¿Por qué había evitado mencionar que viajaría con una mujer además de su hermano? ¿Eso no es raro?

Bueno aunque en realidad... el nunca menciona nada. Es como si yo no fuera parte de su vida en lo absoluto.

—Ya niña deja de arrugar el entrecejo te dolerá el rostro después.

Peyton ríe y de verdad no le encuentro la gracia a absolutamente nada.

—Debería relajarme —mascullo para mí misma.

—Venga, cambiemos de tema. Tengo una buena noticia —dice enderezando su espalda y dejando su celular a un lado.

—¿Si?

El poco ánimo que tengo se refleja de sobremanera en mi tono de voz, aún así Peyton no se desmotiva para nada y pega saltitos sobre su silla.

—He hablado con Zack y parece estar organizando un fin de semana fuera de la ciudad.

—Me alegra mucho por él —menciono desviando la vista hacia afuera de la cafetería.

Curiosamente mis ojos chocan con los de Aidan que parecen estar mirándome hace rato. Este me sonríe dulcemente para luego voltear y hablar con sus compañeros de equipo.

Peyton tira del borde de mi manga para que le preste atención.

—También tiene que alegrarte por ti amargadita. Gabe y él quieren que vayas, junto conmigo —ruega eso último una vez que la miro.

Hago una mueca con los labios y antes de que Peyton comience a planear cosas para nosotras, niego.

—Debería quedarme con mi padre.

—Solo serán tres días gatita, a él no le ocurrirá nada.

—De verdad que no Peyton, lo siento.

Ella mantiene su boca cerrada y aunque me sorprende que se ha rendido tan fácilmente ya no vuelvo a hablar del tema. El timbre suena y las dos nos movemos hacia nuestras aulas.

Arrastro mis pies hacia mi asiento y me dejó caer desganada. La situación con James me afecta más de lo que hubiese pensado. Quizás no fue buena idea confiar tanto en él.

Me siento mal por dudar pero ¿Cómo no hacerlo?

Una parte de mi le cree completamente cada gesto y palabra que deja escapar cuando está junto a mi, él no podría actuar todo eso ¿verdad?

El color de la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora