25.

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Ethan y James 2.

Al llegar de la playa con Ethan notamos que ya eran cerca de las 5 pm.
Nuestros padres estaban perdidos por alguna parte de la casa sin prestarnos atención alguna así que Ethan se dirigió a su habitación luego de avisarme y yo hice lo mismo, ambos necesitábamos un baño.

Busqué en mi closet algo para colocarme y luego me dirigí a ducharme, cuando sali me puse mi ropa interior, unos leggins negros, mis tenis y una playera varios talles mas grande que yo.

Me senté frente al espejo y comencé a cepillarme el cabello.

—¿De quien es esto? —susurre observandome. Tiré de la camiseta que llevaba puesta para verla mejor.

No es mía.

Al tomarla pensé que era alguna de mis camisetas viejas y grandes que en algún momento robe de papá, pero no.
Esta está como nueva y no recuerdo haberla visto jamás.

¿Debería quitarmela?

Suspire desganada, ya la tengo puesta ¿no?

—¡Jade!

Oí llamarme a Elizabeth. Dejé el cepillo de mi cabello en su lugar y salí de mi habitación siguiendo el sonido de su voz.

—¿Pasa algo, Eli? —pregunté entrando en su habitación. Elizabeth me observó con dulzura.

—No pequeña —sonrió—, solo quería darte algo.

Levante mis cejas confundida

—¿Qué cosa? —Eli me tendió una bolsa floreada, la mire curiosa y la tomé— ¿Es un obsequio?

Eli asintió y sonreí emocionada, hace tiempo nadie me da uno.

—Ayer en la mañana escuche como una niña luchaba contra un bañador.

Bajé mi vista avergonzada y reí nerviosa recordando como rompí el bikini cuando me lo puse. Supongo que la última vez que lo usé no tenía el mismo cuerpo que en este momento.

—Espero que te guste —dijo cuando saqué el bikini de la bolsa floreada—, no tengo mucha experiencia comprando ropa para chicas. Con James todo era simple, camiseta y jean negros.

Rió nostalgica. Noté como su voz se notaba triste al nombrar a su hijo.

—¡Es tan lindo! —exclame viéndolo encantada, tratando de alegrar el momento.

Era muy simple y bonito a la vez, de un tono rosa pastel. Me encantaba.

—¿Te ha gustado? —preguntó casi saltando de la emoción.

—¡Si! —chille inclinandome sobre ella y dándole un abrazo al que ella me correspondió—, muchas gracias Eli.

—De nada pequeña —besó mi frente—. Ahora vamos a lo importante.

Alce mi ceja inquieta. —¿Lo importante?

—El chico Thomas.

¿Thomas quién? —pregunté sin entender.

Elizabeth carcajeo, arrugue
mi frente sin comprender de que reía.

—Casi parecen novios ¿Y no sabes ni su apellido?

Cuando comprendí que hablaba de Ethan mis cachetes se inflaron rojos.

—¡Eli! —peproché—, solo somos buenos amigos

—Es un buen chico, lo apruebo.

—Eli...

—Realmente me gusta para ti —siguió sin prestarme atención alguna.

El color de la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora