La distancia.
Di vuelta por milésima vez en la cama, sin poder conciliar el sueño.
El calor que hacía fácilmente podría cocinarme si paso un segundo más sobre la cama y las calurosas sábanas.¿Pero qué voy a hacer en medio de la noche despierta? Ya he perdido la cuenta de las veces que entre al tocador para mojarme la cara y el cuello o sacarme las prendas de encima y así intentar bajar los grados de mi cuerpo pero es imposible.
Moví la cabeza en dirección a la ventana abierta.
¿Por qué justo hoy no corre nada de viento? —me quejé en voz alta.
No me agrada para nada el verano si no me encuentro en medio de la playa.
Despegue mi cuerpo de la cama y me puse de pie, miré de reojo el reloj sobre la mesita. 02:03. Bien, si de algo estoy segura es que me va a costar ir mañana al instituto sin dormir.
Oí un ruido proveniente del pasillo y camine hasta la puerta saliendo de la habitación sin dudarlo demasiado. El corredor estaba oscuro sin siquiera un poco de luz pero podía distinguir que no había nadie ahí. Quizás había oído mal.
Seguí caminando y tantee las paredes hasta llegar a la perilla de otra de las puertas. Si mis cuentas no fallan, es la habitación de James.
¿Estará despierto?
No importa si lo está, tengo que voltear e irme a mi habitación, es muy mala idea entrar ahí después de lo ocurrido hoy.
"Te salvas solo porque Elizabeth está por llegar"
Recordé lo último que me dijo antes de salir de mi habitación con una sonrisa en la cara y caminando algo incómodo.
Aunque... Quizás él no pueda dormir al igual que yo y...
¿Y qué? ¿Tantas ganas tengo de verle?
Arrugue mi nariz sintiéndome absurda por mi pelea mental conmigo misma.
No creo que James esté despierto a estas horas así que no tiene nada de malo que compruebe lo que digo y espíe un poco ¿Verdad?
No, claro que no.
Giré la perilla con mucho sigilo y asome mi cabeza dentro de su cuarto buscándolo con la mirada y gracias a su balcón abierto lo encontré.
Si tuviera permitido maldecir lo hubiese echo, estoy segura.
James dormía boca arriba sin playera ni pantalones, con sus brazos y piernas extendidas y una sábana que cubría desde su cadera a sus muslos.
Podría jurar que acabo de apretar mis muslos sin darme cuenta. ¿Desde cuándo me he vuelto igual de pervertida que de mi vecino?
Me siento pésimo por querer entrar en este mismo momento y mirarlo de cerca.Aunque él está completamente dormido y nadie más que yo se enteraria si entro a su habitación en la mitad de la noche...
Sé que mi comportamiento roza el de una lunática pero luego podré regañarme mentalmente por eso.
Cerré la puerta tras de mí y avance hacia su cama.
James se removió entre dormido y la sábana que lo cubría se corrió unos centímetros haciendo que mi corazón saltara de mi pecho. ¡Él no llevaba nada!
Apreté mis labios en una línea recta, ¡Por dios! Él coloco su antebrazo tapando su cara como si una luz inexistente le molestara. Me acerqué aún más a él y me senté a su lado en la cama. ¿Por qué deseo tanto que despierte?
ESTÁS LEYENDO
El color de la inocencia
RandomJames ni siquiera tenía pensado que volver a casa de su madre le traería consigo una responsabilidad semejante como vigilar a la tímida hija de sus vecinos. Ni tampoco que eso traería más complicaciones en su enredada cabeza. Jade tampoco imaginó qu...