¿Volverá?
Miré el cuadrado papelito entre mis dedos intentando memorizar los números en él, por si llegaba a perderlo.
-Si algún día tienes con qué, márcame y habla conmigo. Siempre tendré ganas de oírte-
Recordé las palabras de Ethan al entregarme su número y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
Ya pasaron dos semanas desde que volvimos a nuestra casa de playa y es muchísima la falta que me hace Ethan. Quien hubiese imaginado que iba a pasarlo tan bien.
Claro que ahora todo volvió a la normalidad y estoy de nuevo sola, como siempre. Mis padres lo único que hacen es trabajar y mi única compañía debes en cuando es Eli.
—¿Tengo edad para tener un móvil? —pregunté, asegurandome de terminar de tragar lo que tenía en la boca antes de hablar.
Clara aborrecía que hablara con la boca llena, sin duda sería una buena excusa para regañarme a tan temprana hora de la mañana.
Mi madre me dedicó una mirada de desprecio, haciéndome arrepentir de cualquier cosa que salió de mi boca.
Parece que mi esfuerzos por no disgustarla no daban sus frutos. Siempre había una razón.
—Claro que no. ¿Para qué querrías tal cosa? —hablo dejando los cubiertos de lado y observandome derecha, haciéndome sentir la cosa más insignificante del universo.
—Nunca habías pedido unob—se unió mi padre con un tono más relajado, intentando calmar el momento tenso e incómodo entre la intensa mirada de mi madre y yo.
Me encogí de hombros sin saber que decir.
—Sólo pensé... —
—¿Pensaste qué? —interrumpió Clara.
Bajé mi mirada sin contestar y seguí almorzando. Es una pésima idea darle la contra o siquiera darle un buen argumento, era más que evidente que ella no tenía ganas de darle la razón en nada.
Oí como soltaba el aire de sus pulmones, harta.
Mi padre, como cada vez, decidió no decir nada y continuar comiendo en silencio.
Sé con seguridad que le duele la actitud de Clara, lo sé de tantas veces que se disculpo conmigo en su lugar y ponía excusas como "ha tenido un mal día" "está cansada" "hoy no está de humor".
Siempre buscaba alguna forma de intentar hacerme sentir un poco mejor pero ya no soy una niñita. Ya no es suficiente.
¿Por qué no era capaz de llevarle la contra? ¿No se da cuenta que eso me duele?
No sólo tenía una madre que me trataba como a un perro si no también un padre que no era capaz de pelear por mi.
De más está decir que no hablé con nadie por el resto de la tarde. Todo se volvió aburrido en la playa sin Ethan.
Mis padres luego de almorzar desaparecieron en su estudio para seguir con su trabajo y Elizabeth todavía seguía sin aparecer luego de anunciar temprano que iría a comprar algunos recuerdos al centro.
●
Los siguientes días del mes se hicieron eternos. La única compañía que tenía era Elizabeth.
Mis padres casi no abandonaban su trabajo por lo tanto ya ni siquiera cenabamos juntos.
Fueron muy pocos los días en los que compartíamos tiempo juntos y a decir verdad a veces lo prefería así. Evitaba que mamá se enojara conmigo por cualquier mínima cosa que hiciera.
Empiezo a creer que la raíz de su problema conmigo es que respiro.

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El color de la inocencia
RandomJames ni siquiera tenía pensado que volver a casa de su madre le traería consigo una responsabilidad semejante como vigilar a la tímida hija de sus vecinos. Ni tampoco que eso traería más complicaciones en su enredada cabeza. Jade tampoco imaginó qu...