55.

4.5K 334 91
                                    

A veces todo está bien. [2]

James se sostiene sobre sus rodillas en la cama. Deposita un último beso corto sobre mi labios y se aleja enderezandose.

Me observa desde arriba agitado, con sus labios rosados y algo hinchados. Su cabello está en todas direcciones aún húmedo y se ve tan... bien.

Creo no necesitar que haga nada más por mi para estar caliente, solo necesito mirarlo...

Él, sus tatuajes, sus ojos, su liso y ancho pecho que en este momento sube y baja agitado, su abdomen y ese camino que se pierde bajo su toalla. Es tan fácil notar lo grande que está bajo ella, quiero sacarsela.

Cuando subo mis ojos hacia su cara noto que los dos nos encontramos iguales, él está examinando cada parte de mi cuerpo, es especial esa dónde la toalla comenzó a enrollarse y solo faltan algunos centímetros para quedar al descubierto.

—Quitatela.

Su voz sale ronca, mucho más de lo normal. No puedo evitar ponerme roja, no solo por su mirada en mi sino también por lo que causa su voz entre mis piernas.

Saco el nudo que tiene la toalla en mi pecho y comienzo a separarla, cuando estoy por llegar a mis pezones dejo mis manos quietas.

James arruga su entrecejo y sube su vista a mi. Rio bajito.
Parece que alguien no tiene humor.

Ni siquiera espera que retome lo que estaba haciendo, no pretendía poner resistencia a nada pero al parecer la paciencia no es su fuerte.

—No juegues conmigo, no cuando hace tanto tiempo no te tengo cerca.

Otra vez esas punzadas ahí. Por dios, ¿James creía que quería jugar con el? Me tendría rogándole en cuestión de segundos si no hiciera nada conmigo.

Sus manos quitan las mías de golpe, soltando la toalla, mis senos quedaron al aire con parte de mi abdomen.

James soltó aire ruidosamente.
De un segundo al otro ya lo tenía sobre mi, su boca fue directo a mis cuello, bajando lento.
Jadee impaciente y tome su nuca, obligandolo a besar una de mis tetas.

—Uhm-m...

Creo firmemente haberlo oído reír por mi desesperación pero no lo analice mucho cuando su lengua comenzó a jugetear con mi erguido pezón y con su mano pellizco el otro antes de darle la misma atención.

No sabía que algo así se podía sentir tan bien, a veces me besaba suave y otras veces algo brusco, sé que eso dejara algunas marcas pero la verdad es que no me importa.

Cuando comienza a bajar por mi abdomen conecto mis ojos con los suyos. La cama se le termina y se ve en la obligación de bajar y arrodillarse en el piso.

James para como si me pidiera permiso, algo que enrealidad no hace falta. Me recargo en mis antebrazos para verlo mejor, James también tiene la cara algo sonrosada y ni hablar de su respiración.

Abro mis piernas para el retirando la toalla, sus ojos se clavan en mi y parece dejar de respirar por unos segundos. Coloca sus manos en mis muslos y me tira hacia él, acercándome. Dejándome completamente recostada en la cama.

James hunde su cara en mi y cierro mis ojos por inercia. Mi cuerpo tiembla y de mi boca no paran de salir jadeos altos. James pasa su lengua por mi, una y otra vez, y cuando pienso que no puedo sentirme más extasiada me penetra con ella.

—Ja-james —gimo.

No sé cuánto tiempo estamos en la misma posición, pero mi cuerpo tiembla exitado cada vez más. Creo no poder aguantar mucho más tiempo.

El color de la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora