Cap 20

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—Espera, antes necesito quitarte el suéter— me quede en silencio unos segundos y aclaré mi garganta. —Para así limpiar mejor tu herida, puedo notar como tienes un costado del abdomen empapado en sangre—

quite su brazo que rodeaba mis hombros y fui camino a una de las estanterías de la pequeña cocina.

Tomé la diminuta caja de primeros auxilios y al regresar donde había dejado al rubio vi que no seguía en la misma posición.

Estaba de pie tambaleándose aturdido y se apoyaba con fuerza de la pared.

Sentí lastima al verlo en un estado tan deplorable, me acerqué nuevamente donde el y tome la orilla de su suéter desde abajo.

—Alza tus brazos un poco— hable sin mirar hacia arriba, sentía la mirada de el sobre mi.

Y lo que he aprendido en este tiempo que bakugo volvió aparecer es que si lo veo a los ojos demasiado cerca siempre va a pasar algo que no deseo.

—Yo puedo hacerlo solo, no necesito la ayuda de alguien insignificante como tú— hablo el corrido y al terminar note como su respiración se había entrecortado y su pecho subía su ritmo.

No lo mire en ningún momento, mi vista estaba pegada a su suéter, en su pecho para ser más específica.

Torcí los labios. —¿Puedes dejar tu estupido orgullo a un lado? Intento hacer una buena acción, pedazo de Imbecil— dije ya irritada.

—Tsh, Imbecil ¿yo? Yo no fui el que se beso con su ex estando en una relación con otra persona— y el había dado justo en el clavo.

Tomé el suéter y lo alce por la fuerza, lo hice con tanta brutalidad que la tela del suéter había rozado por todas esas heridas abiertas y más las del abdomen.

se que había lastimado sus heridas aún más de lo que estaban pero se lo merecía.

—¡MIERDA, HARU! ¿ERES ESTUPIDA O ALGO?— grito katsuki y rápidamente puso su mano sobre su abdomen.

—Deja de quejarte— chasqueé la lengua y me giré a tomar el botiquín que había dejado sobre la mesa, lo abrí y me aseguré que tendría lo que necesitaba. —Siéntate en el sofá de la esquina—

Al volver a girarme me topé con el cuerpo de bakugo demasiado cerca de mi. Alce la cabeza, un grave error.

El me miraba de manera severa—Me acabas de lastimar, Pequeña— casi hablo susurrando, eso había causado que su voz fuera más grave de lo normal.

—Aléjate— puse una mano en su pecho desnudó y traté de empujarlo hacia atrás.

El podía estar técnicamente desangrandose, tambaleándose pero el muy cabron aún mantiene su fuerza.

Puse la otra mano, tenía mis dos manos en su pecho. Baje la mirada hacia mis manos .

Mis manos se veían pequeñas al entrar en contacto con su tórax. Me ruborice al dar una mirada hacia abajo.

Agache la cabeza ocultando mi rubor.

Vi su mano acercase lentamente hacia mi cadera, pero no fue aparar ahí sino se apoyó en la mesa que estaba detrás de mi, hizo lo mismo con la otra mano.

Me tenía presa entre sus brazos. Su cuerpo adelanté mío, la mesa cortándome El Paso hacia atrás y sus dos brazos dejándome sin escapatoria.

—Déjame ir— manifesté en un tono bajito, es más hasta diría que mi voz sonó algo delirante.

Bakugo acerco su rostro hasta mi oreja, rozó sus labios al rededor de esta y su mejilla entró en contacto con la mía. Mi cuerpo se había erizado ante ese mínimo toque.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora