Cap 32

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No supe que responder. Digo ¿hola?. Así me que había quedado por un buen tiempo mirando a shinso.

—¿Estas bien?— pregunto el aún mirándome.

Siento que todo había pasado muy rápido. Sentía la mirada insistente de una persona a mis espaldas. No tenía necesidad de ver para saber quién era.

Era bakugo, de eso seguro.

—Amm.. si.— respondí después de un buen tiempo.

Estaba ansiosa y nerviosa. Las palmas de mis manos me estaban sudando y escuchaba de fondo lo que hablaba el profesor pelinegro aunque no le prestará la debida atención.

Shinso no dijo más nada y solo volteo a ver al tablero aunque aún podía sentir su mirada sobre mi.

Coloque las manos sobre el pupitre. Iba hacer algo ¿que era?

Ah, si! El cuaderno.

Tome mi maleta y en un movimiento torpe deje caer todo lo que llevaba dentro. ¿Porque me siento tan nerviosa? No estaba nerviosa por shinso, no, era algo más.

El salón quedó en silencio o era mi imaginación?.

Shinso se levanto de una vez tras ver mis cosas en el suelo, me agache y el hizo lo mismo. Me ayudo a recoger todo.

Solo faltaba mi libro por recoger y al parecer los dos pensamos en los mismo y rozamos nuestras manos al querer tocar el libro.

El tomo el libro y me lo extendió con una pequeña sonrisa ladina tímida.

Tome el libro y me levante. Mi vista se encontró con Bakugo quien estaba recargado en el respaldar de la silla mirándome como si estuviera ideando algún plan.

Y Gina, ah...Ella estaba enganchada del brazo de bakugo pero el ni caso.

Me volví a sentar en mi asiento y shinso había hecho lo mismo.

—Quería hablar contigo sobre lo que te dije— hablo shinso mientras escribía en su cuaderno.

Tome mi pluma y abrí el cuaderno para tomar apuntes. Recordé ese día y mis orejas se pusieron calientes al igual que mis mejillas.

Intente quitar esa imagen mental y mire a shinso quién me miraba intentando descifrar lo que pensaba.

—¿Quieres saber si aceptaré la propuesta de fingir delante de nuestros padre?— hable y recosté mi mejilla en la palma de mi mano.

El asintió con la cabeza.

—Se que es una propuesta para nada apropiada, pero pienso que sería bastante incómodo que nuestros padres vengan a visitarnos a los dos para darnos una sorpresa y nosotros terminamos— el me miró y suavizó la expresión de su rostro.

Parecía la cara de alguien que hacía una súplica.

Ya tenía pensado en decir que no, ahorrarme todos los problemas que podían venir si aceptaba.

Pero...

—Está bien— respondí.

Shinso se alegro. —Estás..¿aceptando?— hablo con tono como si se tratara de un niño pequeño quien había obtenido el permiso de su madre para comprar el juguete que quería.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora