Cap 37

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Estaba sentado en el pasa plato, al frente tenía la laptop donde estaba revisando unos archivos que Kirishima me había dado.

Tenía tarea pendiente por lo tanto la haría después de terminar con esto de aquí, o eso tengo planeado hacer porque el pelos de mierda se dirige para acá.

La puerta principal se abrió y entró Kirishima.

No dije nada al respecto, ya estaba acostumbrado que uno de estos bastardos entrara a mi casa, con tal de que no ensuciaran yo no me molestaría.

—Usare la play— dijo el pelirrojo y tomó asiento en el sofá frente a la tele. Prendió el aparato y entró al juego.

Me quede callado y solo pronuncie un sonido con mi boca para decirle que estaba bien.

Mi concentración estaba frente a la laptop, o eso se suponía.

Desde que había regresado del encuentro con haru solo podía pensar en ella.

En ella siendo tan..ella. No como la de antes, mejor dicho no como la que conocí después de tres años, era ella, Ella.

Mi Haru. La que conocía.

Incluso al despedirnos La bruja de Gina fue a despedirse de Haru, como si realmente fueran amigas. Haru la empujo disimuladamente y dijo algo como "Para que sepas que eres una maldita perra" o algo así le dijo.

Tal vez solo estoy exagerando las cosas en mi cabeza.

No escuche muy bien ya que estaba hablando con su padre, pero fue tan gracioso ver la reacción de Gina.

La bruja en público podría aparentar ser amable y buena gente pero en privado es un maldita zorra bastarda. Ver su cara en ese momento definitivamente fue la cereza del pastel.

Había recordado eso tan vívidamente en mi cabeza que solté una risita.

Kirishima giró su cabeza donde mi y me miró horrorizado.

—Tú..¿te acabas de reír?— lo dijo sin creérselo.

¿Y este que mierda le pasa? Nunca había escuchado reír a alguien, pedazo de imbecil.

—No idiota, fue el sonido de la puta computadora— dije irónicamente

—no sabía que las computadoras hacían ese sonido— ese comentario muy bien podía ser sarcástico pero con este idiota no era el caso.

Solté la risilla de nuevo. Era cierto, hoy mi humor esta por el cielo y nada podría bajarlo.

—Ves! ¡Te acabas de reír de nuevo! ¿Porque tan feliz, bro? No...no me digas que es por Gina

Y hablé demasiado pronto. Mi humor estaba por el cielo.

—Todo estaba bien, hasta que abriste la puta boca— le solté irritado y me centré en lo que tenía al frente.

—No es mi culpa que tengas humor de perros—me dijo francamente y seguía jugando. —Ah, cierto ¿porque tú gran humor? Entre y ni me gritaste

—Hoy fue un gran día— dije con simpleza.

Kirishima pareció haber malentendido mi comentario, giró su cabeza bruscamente donde mi.

—¿TE GUSTA GINA?— expreso despavorido. Tanto fue su sorpresa que dejó de jugar y le anotaron un gol.

Puse una mueca de asco y curve mis cejas.

¿Que mierda estaba diciendo este ahora?

—No imbecil, hablo de haru.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora