Invocando tu nombre.

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Recorro las calles vacías, inertes, sin siquiera darle brecha a mis sentidos.
Aún espero llegar ungido en un ataúd, llevando conmigo tu tacto y esa corona que supe recrear en mis sueños más profundos...
Este ser inhumano sigue sonriendo a las paredes, loco de penurias y sinsabores erráticos, invocando tu nombre hacia el cielo, haciendo suyas todas aquellas cenizas ajenas.
Estas en mi lista de ilusiones a olvidar...
La eternidad de tu ausencia hace eclipsar todos aquellos pequeños momentos de tranquilidad que puedo obtener... Inclementemente.
No, no hubo película de amores suaves ni psicofármacos que puedan quitarme algo mas que la cordura.
Cualquier oferta es buena, si quieres que así sea. Labios que muerden, arcadas que son subyacentes, murgas paganas interrumpiendo a quienes no tienen nada que perder.
Las huellas son intermitentes, demasiados bostezos y una legión de pensamientos que derrocar...
Vírgenes fugaces. Sangre seca. Canciones repletas de nostalgia...
Pieles maquilladas. Rostros fantasmas!
Santidades que conllevan milagros entre la luz y las sombras... Y yo, aquí mismo, invocando tu vida.
Este juego pronto va a explotar, el paraíso que te supe describir esta por desbarrancar... Estrepitoso.
Esperanzas envenenadas, no hay cura, templos y pesares inundan a mis pesadillas intentando que abra los ojos y ni aún así puedo sacarte de mi mente... Que hay del tiempo que pasó? Que hay de todo lo que siento? Cuantos cuentos me han quitado?
Encendido y agotado. Alas heridas y agobiadas... Otros corazones sangrantes y humeantes!
Ya no hay aires nuevos para respirar... Zig zag de mañanas sin rutilantes recuerdos en cada esquina de mi habitación... Buscando un "no sé qué."
Muerto es quien no pelea. Frase trillada como tantas otras...
Retiradas y esclavos mentales.
Eres mal de males, y quizás guarde alguna que otra postal de los instantes vividos junto a ti.
Es que voy caminando junto a un ejército de ciegos, a ninguna parte... Fuera de mi hogar, fuera de mi!
Quizás ese mordisco lo pueda dar otra persona, balcón en llamas, miradas criminales, y sin reparos siento a grandes rasgos que mis encías sangrantes ya no pueden entonar aquellos estribillos que le dediqué a tu nombre...
Fuera de todo.
Cuando las estrellas se apaguen, y el mundo colapse, seguiré inconscientemente invocando tu vida, tu nombre, tu mirada...
Sufrir alucinaciones es tan común, amor! Pero todo se marchita de a poco, paso a paso.
Quisiera romper de una buena vez por todas a tu recuerdo!!!
Perlas grises, un bosque a oscuras, piedras rodantes en la idiosincrasia de voces que incriminan a lacras inseguras y que brillan por su ausencia. Potente y escurridizo. Desenfunda su cara desfigurada esta maldita soledad...
Ya no hay carnada. Ya no hay cielos que prometer... Solo este maldito mar de sangre y suspicacia nauseabunda!
Ahogado en alcohol y lágrimas sigo invocando tu nombre, y tal vez no te mereces mi dolor.
Energías energúmenas. Verdades verdaderas que eclipsando a las opiniones siguen recorriendo a los rumores sobre mi... Y no hay todo del todo sin subyugar.
Invocando tu nombre. Invocando tu amor...
Cierro los ojos en una noche más. Sobrevuela el cansancio, los párpados no soportan ya... Y, en el miedo de traspasar la frontera de una nueva pesadilla,  vuelvo a declarar que nada tiene sentido sin ti...

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora