Hangar de poetas sangrantes.

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Cuantas veces perdemos por no intentar?
Vivimos maniatados a lo que duele en las sienes... no es instante de ver quien está o quien se fue.
Es que nos cansamos de llevar disfraces, solo invertimos nuestras energías en escapar a algún lugar donde la soledad no nos atrape.
Son minutos que se transforman en heridas de insatisfacción por todo lo que vivimos (o lo que no vivimos).
Años que se alejan lentamente, me repliego de todo lo que me lastimaba. Son solo sombras del pasado carcomiendo mi presente, y ahorcando ese futuro que creía tener controlado.
Guaridas. Onomatopeyas cristalinas...
Cuantas veces debemos respetar esos principios que no nos ayudaron a superar las adversidades?
Es casualidad de lo que tenemos frente a los ojos o simplemente es un mal plan de aquel titiritero que maneja nuestra realidad?
Todas aquellas palabras hicieron mella en mi, en un segundo gris, en un instante de pura oscuridad. La agonía de una escapatoria no es opción viable a estas alturas...
Estamos inmersos en este hangar de poetas que tienen los dedos llenos de ceguera y esperanzas de interrogantes obsoletos.
Trato de alejarme de mi voz, que es mi peor enemiga. Salen las palabras pero no los gritos, son franjas de más franjas que quedaron somnolientas y extinguieron las pocas chances que había de sobrevivir...
El tiempo jamás esperará a que tomemos las decisiones, sabes?
Son sentencias. O reflejos de un nuevo y tortuoso amanecer.
Preparé los guantes para una nueva batalla sin notar que no tenía piernas para subir al ring!
Términos cronológicos para una muerte simultánea.
Por favor, no quiero saber lo que es cierto, lo que es real o es una invención de mi atrofiada mente...
Vemos morir las horas, llenando de antiguos y nuevos arrepentimientos a nuestras ansias, tratando de invernar a esos recuerdos que laten cada vez más fuerte.
Un buen perdedor expresando ideas a oídos sordos, incomprendido, jugando al revés en esta treta absurda llamada vida.
Hoy digo basta, aunque no tenga buenas intenciones.
Hoy necesito robarme un instante de felicidad! Mientras esas ideas sin cordura atraviesan por mi conciencia.
Mi mirada olvidó como abrir los ojos, pero me guardo esos silencios de libertad... voy a confundirme entre llagas y víctimas, así quizás pueda apagar mi cerebro.
Es que no hay vanidad en mis acciones! Nunca fue lo mismo!
Nunca. Y para aprender a escuchar se me pasó la oportunidad.
En fin...
Aún sigo aquí... aún sigo acá!
En el hangar de almas sangrantes... por favor, no lloren más mi cuerpo, porque estoy mas vivo que nunca! Vivo en ustedes y en las huellas que dejé. Y eso es más que vivir!

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora