Limitaciones.

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A veces da risa, y hasta angustia el saber que lo que no parece siempre es...
Lo bueno y malo nunca inclinan la balanza hacia lo normal, sin embargo nos falta entender que no siempre podemos ir a un juicio previo con los ojos vendados!
Vivir, limitados. Sobreviviente, sobrevivir, sobrevalorado y exquisito... Es que acumulamos pandemias y extorsiones, idiosincrasias y barreras del nunca jamás y la ingenuidad.
No hay tiempo!
Quien me puede decir que las supersticiones tienen fundamento desde que nos revelamos ante ataques de nuestra propia paranoia?
Laberintos de ex miedos y seducciones... Maloliente frenesí, vacilando mentes precoces y subcutáneas. Suertes y proezas. Demasiados impedimentos!
Crear nuevos criterios, griteríos de frutos calculados en un instante de esquizofrenias y corduras.
Fuera de sí, fuera de control!
Resuena en la brisa el estertor de rezos y puertas que se cierran... Abandonar. Engañar. Todo esto me marcó por dentro...
Aires raros.
Ausencias sin calor. Intentos de olvidos y recuerdos.
Agradecimientos sellados en vacíos comienzos de aquella nueva unidad. Golpe tras golpe, ya no abundan los soles de primavera ni las raíces de nuestro árbol genealógico. A mi lado va progresando mi estrecha indiferencia, sintiéndome más a gusto con mis limitaciones.
Límites y falsa democracia. Jardines de piedra donde llorar sin dar pena a los demás...
Cuando realmente duerma la ciudad veremos vagabundeando a todos los sueños que supimos amainar, tan dentro de las manos.
A mis espaldas, el pasado. Adelante, todo lo superficial... Vecindarios grises denunciando heridas y condenas no reclamadas.
Tintes mundanos, dirían por allí.
A través de los tiempos y las incontinencias mentales vamos juzgando a esos laureles que nos imponen las limitaciones!
Olor a humo... Desaparecer.
Antítesis!
Estupefactos miramos esas guerras cotidianas donde no todos llevan estandartes, pero que de a poco se va incrementando el final del principio y su cooperación.
Limitaciones y caretas.
Y pensamientos que solo llevan a la nada misma!

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora