Una mente saturada de tragedias.

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A veces me pregunto cual es el propósito de mi vida, para que Dios aún me detiene en este mundo.
Pareciera que estoy solamente destinado a perder todo lo que amo sin que pueda hacer algo para que no suceda. Como si las bofetadas que me dio el infortunio no fueran suficientes ya.
Crecí sin el amor de mis padres, sin ser parte de una familia, donde lo que hacías bien era tu deber y listo. Donde los castigos eran feroces, y pocos los premios o agradecimientos!
Así, a tumbos, fui creciendo y haciéndome duro. Alimenté una corteza gruesa, pero por dentro, nunca pude asesinar toda aquella sensibilidad que tenía y tengo. Como si fuera una debilidad, una frágil debilidad.
Mi niñez y adolescencia pasaron sin pena ni gloria. Así, me hice hombre. Sin conocer el cariño de una madre, sin las palabras de apoyo de un padre, sin las risas de hermanos, sin nada que valiera.
Y ahora, sigo encontrando muerte. Más y más muerte de todo aquello a lo que le debo amor...
Perdí tantas veces ya. Las cachetadas que me da la existencia parecieran nunca acabar... y ya estoy cansado.
Cansado de solo desear abrazar a los míos en sueños. Cansado de vivir una realidad que no pedí. Cansado de sentirme solo aún teniendo gente a mi lado. Harto de que todo lo que me es preciado, dure poco y me sea arrebatado. Cansado de no entender por qué sigo aquí. Cansado de las cicatrices.
Y ya no tengo las fuerzas y el temple de antes... creo que estoy más viejo, hasta quizás más sabio, pero supongo que por algo pasan las cosas, no?
Contemplé mi final tantas veces (en mi cabeza, o por accidentes, o por enfermedad) pero sigo aquí. Intento comprender pero nada surge efecto.
Tengo la mente demasiado saturada de tragedias. Y no puedo contener las lágrimas, esas lágrimas que me secan por dentro.
Mi bebé, la música y la poesía era todo lo que me quedaba, y todo se pone cuesta arriba cada día. Vivir un luto es una verdadera mierda, y créeme, ya anduve por esos senderos varias veces.
Quien pudiera manejar el destino.
Ya no tengo alma, se fue con mi hijo... despierto cada día con menos ganas de levantarme...
Laberintos sin salidas. Mi comunión con Dios es obsoleta, y aunque desee que no sea así, es imposible no sentirlo.
Vacíos y vacíos... más y más inerte, se escapan las esperanzas como arena entre dedos.
Que más quieren de mi?
Cuanto duele vivir, se los juro...
Y no tengo el valor para dejar de respirar. Aunque respiro sin vivir. O estoy vivo porque así tiene que ser. Pero estoy cansado de poner bajo tierra a los que amo.
Ya ni la psicología me sirve... "sos un buen hombre, noble, que siempre está cuando lo necesitan".
Y de que carajos me sirve? Si cuando soy yo el que se quiebra, la soledad me abruma. El mundo me enseñó que no toda compañía es compañía.
Cuanta rabia tengo en la sangre, sangre que comparto con cobardes.
Pasan las horas, y nada me conmueve. Me exilio de todo, me enrosco en mis pensamientos y toda respuesta no es suficiente...
Cuando tenía 23 años perdí a mi hijo no nato. Perdí familia, hermanos de la vida, y me repuse. Pero el 5 de febrero de 2.024 mi alma murió con Ricky. Y aunque repita lo mismo todo el tiempo, él era lo único que era bueno de mi existir... mi alma, mi razón y mi existir. Le prometí en el último adiós que pronto me iría con él, y estoy en una encrucijada. Porque Ricky me salvó del suicidio muchas veces, y aunque ya no quiero seguir, supongo que por algo fue mi salvoconducto.
Mi cabeza tiene remordimientos, recuerdos que hieren y confusión!
Cuantas veces más tendré que recoger los pedazos de mi maltrecho corazón?
Escribí demasiadas páginas de desamor, desesperanza, catástrofes y suicidio. Poemas que salieron de mis entrañas y de mi retorcida mente...
Y hoy solo quisiera tener fuerzas para gatillar un arma en mi sien.
O poder anudar una soga en mi cuello...
Duermo para soñar que no despierto. Y un nuevo y maldito día llega cada mañana, y no puedo manipular esta mierda de realidad. Me ahogo en llanto, alcohol y una máscara de sonrisa. Todo o nada, sin grises. Una verdadera distorsión de toda la procesión que va por dentro, sabes?
Y pienso que nadie tiene a nadie. Porque todo es efimero cuando uno es débil y timorato.
Así, esto es lo que siento. Y mis párpados se llenan de humedad mientras escribo esto para mi. Porque no es un mensaje, es un descargo.
Estoy cansado, muy cansado...
Ojalá en algún momento junte el valor para terminar con todo esto.
Ojalá...

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora