Maltrecho corazón.

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Los años transitan, a paso lento pero seguro, con imágenes abstractas que se esconden en falsas sonrisas y miradas sin códigos relucientes.
No puedo ver el resto del camino, las razones y las encrucijadas que me llevaron a esta meta macabra.
No hay motivos para aclarar tanto dolor, pero si necesitas algún croquis, te aseguro que no puedo brindarte tanta información.
Tengo demasiado tabaco en los pulmones, muchos remordimientos en la conciencia y un simulacro de desparpajos sonrientes en clave... quizás el derrotero no sea tan escaso después de todo.
Quedaron goteando aquellas miserables desventajas, lucrando sin saber que ya no había bandera blanca, que las treguas no son sólo versos que mueren en algún rincón renovado de la memoria.
Así, mi mente fue ganando condecoraciones. Nulas, entrelazando rabietas, con lagrimas traicioneras que hacen temblar a mi cordura.
Tosco, voy tosiendo sangre a pormenores, con noches mal dormidas y pensamientos sulfatados.
Adivinamos los sufrimientos, tapamos con sudor aquellas imaginaciones, y te tiembla el pecho, del lado izquierdo.
Claro que si! Es mi maltrecho corazón...
Hadas desleales refunfuñando, sabiendo que el calor de viejos amoríos no volverán.
Fui libre de verdad?
Tal vez alquile un balcón para ser testigo presencial de mi deceso.
Eramos parte en parte, en ruinosas fronteras, en aberraciones errantes y tardes sin sol...
Traspiés. Nombres sin vocales.
En toda función hay grises donde no quepan los curriculares, donde se cruzan los semblantes y hay baldosas flojas que esconden secretos superfluos. Deslealtad desmedida.
Sólo como siempre, sólo como nunca, sólo... no pensamos antes de actuar.
Siento al compás de esta amarga rutina. Sabiendo que jamás aprenderé a pedir perdón!
Será que tendré que conformarme con los restos?
Morirse un poquito cada día también es una nueva manera de decadencia.
Ya veo esas cortinas negras cerrándose, y con los últimos alientos vuelvo a dejar un mensaje...
Quiero despellejar a todas las intenciones, cuando la luna ya no es de tela y los lloriqueos se nutren de noches en vela y vinos baratos.
No hay fotos de esta historia.
Ilusionarse con lo imposible se volvió muy adictivo. Es por eso que ya no hay salud mental que soporte tanto!
Mi almohada está llena de ausencias.
Embrionarios deseos de libertad, de soledad y de somnolencia sin pulcritud...
Y, en ese orden, voy puliendo tristezas en aquellos rastros crueles. Engalanado de viejas congojas, mi maltrecho corazón va perdiendo sus débiles latidos...
Un veneno forastero va recorriendo más de lo normal por mis venas.
Nudillos cansados...
Tal vez sea más sencillo seguir enredado en esos fuegos pensantes.
Un increíble letargo va sonrojado en abanicos, abriendo rutas con sus pasos, embelesados por el suave silbido de mi cabeza.
Es que ya tengo bastante con tener que soportarme a mi mismo!
Acumulando humos de incendios extraños, agujeros que escapan de mi alma, y puertas afuera solo gritan que al fin llegó el fin...
Mi maltrecho corazón va tragando partes de oscuridad sabiendo que ese alimento llevará a una agonía criminal.
Es un sollozo con sed carnal, un insulto a la verdad, una mueca de saliva sin control!
A punta de tijeras veo cicatrizar esas heridas, por una mirilla pequeña, donde se desabotonan los recuerdos.
Soñando con soñar esos sueños de desvelo, ya no sé quién soy ni quien quiero ser!
No puedo ver si el espejo realmente se apagó, o me quedé ciego... ya no salen las cuentas.
El tiempo de aclarar planos y planes terminó, las reacciones no son las mismas de ayer, y el día de los inocentes perdió toda gracia.
Quizás no era lo que esperaba, el miedo de los débiles del mundo me inunda, los prejuicios correctos de quien escucha a través de tus ojos calla... así, mi maltrecho corazón va perdiendo sus latidos. Tal vez no sea tan malo el poder descansar...

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora