Inanición.

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Recién en este tiempo lejos de casa, mientras los instantes culminan, estallan los dolores que acrecientan las heridas.
En un extraño sendero de cicatrices que nunca cierran, de espaldas marchitas, de serpientes que muestran su crudeza con palabras... Aún no puedo explicar por qué decidió marcharse, dejando atrás una vida (que no era la ideal) pero que era suya. Dejar atrás a todos aquellos que aún lo amaban.
Y, así fue la ilusión que lo condenó.
Quemando su inocencia...
Alimentar el cuerpo no es algo que considere importante en estos momentos. Quien podría reconocer su mirada?
Buceando en un río de incertidumbre...
Recordandola.
Acaso alguno está libre de pecado?
Acaso jamás te ahogaste en un viento de tinieblas?
Avanzar, seguir... Palabras sin sentido.
Más preguntas, menos comprensión... Abandona las impurezas, mientras levita en esos pensamientos frenéticos.
No hay réplicas, no hay suspiros, no hay ojos que se puedan cerrar.
No quiere despertar...
Servirá de consuelo el saber que ella sigue bajo el mismo cielo?
Meditación sin reacción.
Se le acabaron las fichas en este juego maldito. Culminación!
Como volver atrás? Nadie lo obligó a tomar sus decisiones...
Instinto salvaje de supervivencia... Y nada más por lo que respirar.
Llora agazapado en el callejón de los sueños... Se retuerce la esperanza.
Malas ideas rondan por su mente.
Y así fue, creó la distancia.
Mentiras propuestas, ilusiones burlescas... Como encontrarle razones a los por qué?
Busca, mira, no hay nada...
Duelo. Interminable. Acuña su mentalidad es formas muy extrañas para este maldito u odiado mundo.
Vivirá en el recuerdo de alguien? Se notará su ausencia?
Mil horas, despreciables fríos golpean su rostro y quizás lo merece.
Sin años ni esfuerzos aparentes...
Aquí voy, aquí estoy, otra vez. Jugando el papel de victimario.
Ojos incendiados, llenos de sangre, sufriendo la inanición...
Un error. Enorme. Sin marcha atrás aparente...
Así. Preso. Perplejo.
La esperanza desvanece, quebrado, solo, más solitario que ayer... Pero, menos que mañana.

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora