Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)

Mundo homogéneo.

Todo lo bueno fue arruinado, como si se tratara de sacarle el pulso a la nada misma, un poco homogéneo, un poco histriónico, un poco sagaz...
Incluso antes de que llegáramos aquí, incluso antes de que este torbellino de deudas, malhumor y miradas condenatorias salgan a la luz.
Ya nadie mantiene la mirada en espasmos coloquiales de sublimes artes abstractas, ya nadie se sorprende por la sonrisa de un niño, por la mirada de un perro callejero agradecido, por esos atardeceres nostálgicos...
Todo es tan seguro y conveniente, que simplemente nadie se anima a convertirse, a jugar, a tener un poco de atrevimiento para soslayar o esgrimar palabras de aliento a quienes realmente lo necesitan!
Intercambiar perfiles se vuelve común, mostrar a un personaje en vez de tu propia existencialidad se vuelve común, como una ecuación de compatibilidad que está bien vista por nuestros semejantes.
Se perdieron aquellos detalles que hacían de un ser humano, más humano! Como cual es tu película favorita, que canción te hace llorar, o esas anécdotas sin sentido con tus amigos.
Aún me arden las manos, aún siento que puedo entablar una charla interesante con alguien que recién conozco, y todo ese mundillo de virtualización pasa a segundo plano.
Tarde o temprano tengo que encontrar dentro de mi a mi alma perdida, aquella que atentamente puse presa bajo cadenas al asumirme como uno más que busca la felicidad completa...
Llevo muchos tatuajes en mi piel, alegorías de suculentas madrugadas, aquella copa que esta vacía. Y si, creo en el amor a primera vista, creo en el amor a la antigua, con cartas y flores robadas de algún jardín. Creo que los ojos, a veces, hablan más que las palabras, creo que todo puede cambiar.
Aún no puedo distinguir que es verdad o guía, que es eternidad o ausencia, lo sencillo o lo complicado...
Encontrarte en un vacío insostenible se vuelve realmente insostenible, ya verás que por momentos esa ausencia dentro tuyo equipara más a tu versatilidad. Y trataras de renacer, trataras de recordar, y volverás a respirar...
Atrás de esa máscara de persona de bien se inunda una tragedia, y no está tan mal. Tenemos que darnos el permiso de sentir! En un mundo agobiado por guerras y miradas virtuales, yo elijo creer!
A veces soy carente de todo, a veces soy juez y verdugo, a veces solo quiero que esto acabe...
Pero lo que si tengo claro, es que en un mundo de pasividad, no quiero vivir. Prefiero el cara a cara.
Y, quizás, es más de lo que deba merecer...