Destino negro.

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Vivo encerrado y cuestionado por definición, soy preso expeditivo, casi con deformidad, de hambre y cuerpo.
Los susurros palidecen frente a lo obvio, pero no ante lo absoluto. Difieren como hienas frente al cadáver de la presa ya humeante, esperando ser tomada como ofrenda...
Por eso nadie me transformó, o nadie tomó en serio esta maldita transformación!
No existo a tus ojos, no existo ante la visión del mundo, menos antes almas carentes de amor...
Abrazo al sufrimiento y al dolor como si nada más fuera imposible. Como si nada fuera importante. La vida se escapa, sin dar tregua, pero sin una batalla que delimite fronteras.
Quizás el destino arrancó a mi corazón de este pálido pecho, sin arrepentimientos. Y ya nada queda...
Y en la cima de lo acordado con la parca siento que mis rodillas crujen, ambrosía de viejas deudas y respuestas que no supe dar a tiempo.
Presa de presidiarios poco convencionales que viven en mi mente.
Y cual es el momento correcto?
No hay clímax acorde a lo que siento y poseo en este instante...
Ya sabemos, todo hombre tiene su fin. Añoramos inmortalidad sin siquiera notar la belleza que hay ante la muerte más astuta.
Cosas grandes y desafortunadas... Más de esto, más de lo mismo.
Una lección final, muy bien recibida, muy bien aprendida!
Creo que en este juramento no son válidas las súplicas, verdad?
Y quien soy yo para merecer tu lástima? Acaso vi llegar desde el horizonte todo este derrumbe?
Más preguntas, menos respuestas.
Un destino negro que ayudé a forjar...
Tal vez esté poema no sea una profecía, quizás las palabras caigan en oídos sordos... Poco importa.
Brazos correctos dan esperanza, pero estoy muy alejado de esas costas, donde alguna vez vi brillar mis ojos al verte, donde la felicidad no paraba de acumularse en las mejillas.
No hay balance en mis entrañas.
No todos podemos ser fuertes, no todos aclamamos profesías, no todos tenemos la chispa para encender el sol...
Apoyo adecuado? Aplastante desgracia que muy a menudo golpea a mi puerta.
No hay umbrales para lo indecoroso, no hay testigos de los mil pasados que posees, lo que si abarca toda tu piel es la indiferencia y desasosiego.
Siempre hay elección? No lo creo, y tampoco tú, cierto?
Mi corazón lleva muchas lunas buscando paz sin encontrarla.
Pierdo el aliento sin razón, la sangre solo es sangre, todo es sobrevalorado.
Manipulación.
Recompensas inhumanas.
Sudor, intensidad y el deseo de una nueva vida sin mente...
Y si, son sentimientos ciertos de un alma errante, que solo vivió para forjar este negro destino...
Y perece abandonado. Por el peso de sus actos.

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora