Te amé mal.

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Y allí estaba ella... Siempre ella, con su amor y cansancio a cuestas, con su fortaleza y su mirada cansina.
Me vencieron viejos fantasmas, viejas rutinas, y de un tiempo a esta parte llego tarde a las buenas decisiones...
Últimamente estuve loco, últimamente volví a los viejos errores, dejé morir al amor propio, y me cuesta tanto no amarla y tampoco lastimarla con mis estupideces.
Más solo que ayer, no hay nadie empeñado en aconsejarme.
Te necesito... Estoy perdido!
Cuántas veces voy a repetir este maldito final!!!
Me agota ser un hombre nefasto, me agota tener siempre ese margen de incertidumbre, me cansa ser tan observador de lo observable, me cansé de demostrarle al mundo que no soy tan malo... La historia no terminó, puede que todo cambie, que solo sea una pausa, puede que jamás vuelva a ver tu rostro... Pero te amé y te lloré. Mal, te amé muy mal, y nada alcanza para calmar mi temor.
Puede que te saque de mis brazos que tantas heridas te causaron...
Quizás, algún día mi voz queme a tu contestador... Blanco y negro, ángel herido, humo y peligro, tal vez regrese a ti.
Es hora de que te salve de mi.
Muchas noches miraba a mi ventana y me imaginaba otros destinos para nosotros, donde todo sea perfecto.
Pero ya no hay posibilidades...
Perdón por ser yo. Así como fui el hombre que más amaste, también fui el que más desgracias te infringió.
La noche debilita a mi corazón, y me aferro a la soledad de tu ausencia.
Demasiadas horas encerrado en mi mismo, hundiendo mi ser, cayendo y cayendo hasta desplomar del todo a lo poco que se podía salvar...
Tengo la certeza de que ya no aparezco en tus sueños, tengo la certeza que no se trata de olvidar sino de sanar, tengo la certeza de que hoy amontono mis maldiciones y mis insultos que solo llevan mi nombre... Tengo la certeza de que volverás a enamorarte, y yo seguiré llorandote...
Egoísmos. Llantos y litigios de un mañana burlón... Y que más puedo hacer? Te amé mal, pero ya ni hay nada de mi que no te haya dado.
Fui devorado, empujones al precipicio... Estupefacto, te alejé para siempre de mi. Y no hay peor dolor en el mundo que arruinar la felicidad.
Algún alivio sentiré si es que llegas a saber que para mi siempre serás sublime.
Notable. Madre y mujer, hija e inteligente, estudiante y pujante.
Ojalá Dios no se lleve el sabor de tus labios... Tengo demasiadas nostalgias en las manos, y nada calma.
Interrogantes... Interrogantes de por qué fui tan estúpido!
Te amé y te lloré. Y siempre te recordaré como lo que fuiste, el gran amor de mi vida!
Quizás yo siga juntando infortunios, quizás pronto no pueda respirar, quizás esté momento no perdure.
Pero tengo la certeza de que vas a sanar, y volverás a enamorarte...
Y yo quizás deje de existir.

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora