Un mundo sin ti.

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Ese tesoro incomprendido que llevamos anclado en medio del pecho, al que llamamos orgullo o ego, tiene más defectos que virtudes. Nos llevan por aguas profundas, regateando los sentimientos, trayendo más dolor que otra cosa.
Ni el mejor orador podrá quebrar esta penumbra, la que dejó tu despedida...
Fue demasiado egoísmo?
No sé de dónde nació esa absurda idea de que ella estaría mejor sin mí... Perdido, perdido en mis propias pesadillas.
Bruma, dudas, noches sin sueños, párpados hinchados, ataques de pánico... Así, voy olvidándome de tu sonrisa.
Mi viejo amor... Si supieras cuánto te extraño! Y no me acostumbro a que tus latidos no vayan al compás de los míos... Tantos momentos hermosos que supimos compartir, no alcanzaron para darme cuenta que cada día te alejabas más y más.
Y a cada instante me pregunto a quién le regalarás tu tiempo...
Orgullo y ego.
Ego y orgullo.
No pude manejar mis emociones!
A veces brindo por lo que pudo ser y no fue, por esas noches donde el aroma de tu piel impregnaba mi cama, por tantas caminatas y anécdotas, por los besos que se me acumularon desde tu partida...
Como lagrimas en la lluvia, algún día seré olvido para ti.
Y si, fui un amor equívoco. No hay noche en la que no te llore, no hay segundo donde no te recuerde, no hay distancia que cure este dolor...
Que cobarde fui, pero cuanto te amé!
Espero que algún Dios tenga un milagro nuevo para mí, y me permita encontrarte una vez más... Para poder admirar tu belleza.
Anhelos e ilusiones que quedaron olvidadas en algún cajón polvoriento.
Nuestras fotos siguen en mi pared, y me señalan acusándome. Y no puedo bajarlas, no quiero cometer ese crimen.
Tarde noche oscura, nublada, lloviznas y grises melancólicas... Y yo aquí, imaginando un mundo sin ti...

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora