Nuestros propios infiernos.

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Creo que debería ver desde el punto cero de todo lo que creí, de aquellos movimientos sublimes, desde el principio hasta el nudo, quizás.
Mucha gente invisible, mucha acción inviable, tristeza demasiado prisionera, y ya no es igual... No hay refugios en su interior... Buscando algo más que simple soledad.
Reflejo de una realidad irreal.
Privilegios que no sortean sortilegios, sufriendo miserias, enojado con su creador.
No tiene mañana!
Así vivo los días, días sin suertes, un día más sin vos, una cruel historia con autor anónimo, sin nuevas oportunidades...
No existe, no fue silencio, no importa lo mío, ya no sufre el dolor, no hay daños colaterales.
No podemos disfrazarnos de Dios, toda acción tiene principio de reacción, no hay tropiezos sin consecuencias...
Promesas, palabras, traiciones.
Siempre, al final, todos mienten. Pero yo sigo acá.
Ya no siento culpa por esos cigarrillos, por ese final destinado, por el aliento mal gastado!
Todos tenemos nuestros propios infiernos, sabes?
Y, aunque no lo creas, lucho contra mis tormentas intentando no olvidar quien soy...
Y vuelvo a caer en la oscuridad... Mis paredes son testigos de todas las malditas lágrimas que recorrieron mi rostro.
Trato de esquivar los golpes, sigo vivo, trato de derribar los tiempos, mis gritos de auxilio no se escuchan!
Ojalá tuviera la fuerza de poder buscar ayuda... Pero ya lo ves, mi destino no puede cambiar.
Yo no miro lo que ven tus ojos, no recorrí los mismos caminos, solo sé que me aturdió la sociedad. O suciedad! Soy auténtico, en la medida que puedo... Todo superficial!
Y como puedo hacer para escapar de mi mismo?
Cuando la sombra te envuelva y no veas la salida, recuerda que en ti está la fuerza para escapar de tus demonios... Corre mucha sangre en tus venas, tu alma espera más de lo que sientes, confía en tu potencial, y aunque el cielo se cierre nunca me tomes de ejemplo...
Hay salidas de emergencia.
Solo hay dos caminos, crecer o marchitarse. Fíjate en que lado de la línea estás!
Busca la motivación, querido lector... No se puede vivir prisionero de moldes que te impone la vida.
Y, hasta quizás, la culpa no es tan enorme como crees!
Las heridas arden, por supuesto. Pero la intensidad es creada por tu mente, y créeme, no es tanta.
Sensible a los latidos, a los sonidos, a los pasos y al pasado por el cual sigues emborrachándote, por el que no aprendes a ver la vida como es... Y las manivelas de tu futuro vas perdiendo sin siquiera notarlo. Y duelen las ausencias...
Noches vacías, sueños de fantasías...
Mueres y renaces, siempre luchando contra los mismos demonios... Y tal vez, mereces algo más, no crees, pero simplemente es algo que no puedes manejar. Tan simple como ello.

Amor, desamor y otras formas de morir (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora