El sol se alzaba sobre la cabeza de la familia Bronte, los cuales se encontraban en medio de la nada. Gaia volvía a vestir la ropa con la que había llegado a la tierra, resaltando en aquel campo verde.
-¿Volverás a vernos?-preguntó Greg con una pequeña sonrisa triste.
-Por supuesto- respondió la ojiazul- tienen que conocer a sus nietos- la pelinegra se acercó a su madre y la abrazó, para después hacer lo mismo con su padre- no sé cuanto tiempo pase para ustedes, pero vendré. Lo prometo-
La despedida fue larga y tranquilizadora para los tres. Los padres de Gaia por fin sabían dónde se encontraba su hija, mientras que esta se sentía tranquila ante el hecho de que pudo despedirse de ellos como se debía.
Gaia caminó un poco lejos de sus padres, pues no quería que el bifrost los terminara llevando a Asgard. Con un movimiento de mano, el cetro dorado de la ojiazul se mostró a su lado, llamando la atención de su familia; gracias al Padre de Todo había aprendido a esconderlo con un poco de magia asgardiana. La pelinegra tomó el cetro y golpeó el suelo, llamando por fin a aquel rayo de colores que la llevaría de regreso a su nuevo hogar.
~*~
El sonido de la alarma de Friday sonó por el complejo, por lo que Stark se dirigió a una de las pantallas. La inteligencia le mostraba un registro de energía, la cual era demasiada como para tratarse de algo que no necesitara su atención. Él sospechaba que aquello era obra de Gaia, por lo que no sabía si atender el llamado de Friday o simplemente dejarlo, mas si el gobierno llegaba al lugar y la encontraba, la llevarían de regreso a aquella celda e intentarían experimentar con sus hijos, por lo que decidió ir hasta el punto marcado por su asistente.
Pasaron varios minutos para cuando se encontraba en el punto en el que se había detectado la energía, pero parecía que la joven ya no se hallaba en ese lugar. Al adentrarse más en el campo, pudo divisar a lo lejos unas marcas en el suelo, por lo que se acercó. Quemaduras con formas extrañas se mostraban bajo sus pies, y rápidamente reconoció esas marcas.
-Estás en Asgard- murmuró el morocho con asombro.
Fue entonces que entendió todo lo que le había dicho días atrás. Thor era quien le había brindado ayuda, y la distancia era la culpable de que Steve no pudiera conocer a sus hijos. Stark pensaba que por su culpa Gaia había tenido que huir al mundo de Thor para estar segura, pero eso estaba bastante lejos de ser la realidad.
~*~
Cuando su viaje por el bifrost terminó, se encontró a Thor y a Heimdall esperándola. Tan pronto como puso un pie en ese mundo, la pelinegra sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sus poderes parecían comenzar a removerse en su interior, lo que no era una muy buena señal.
-Por fin regresas-la saludó el rubio.
-¿A caso ya me extrañabas?- se burló la pelinegra, caminando hacia él.
-Bienvenida de vuelta, alteza- Heimdall hizo una pequeña reverencia hacia ella, quien le sonrió.
-Vamos- Gaia y Thor caminaron por el puente arcoíris de regreso al palacio.
El pueblo de Asgard parecía estar de buen ánimo, pues las personas paseaban tranquilamente por el lugar, así como la presencia de algunos trovadores, los cuales tocaban la cítara. Para ella, ese estilo de cosas aun eran demasiado interesantes, pues en la tierra ese tipo de música e instrumentos, pertenecían a tradiciones demasiado antiguas, mas en Asgard permanecía intacto aquello.
Al llegar al palacio, Thor mencionó que debía de ir a asegurarse que los problemas que habían surgido en uno de los nueve mundos se hubiera relajado. Gaia por su parte, se dirigió a su habitación, necesitaba recostarse un poco. En su recámara se encontraban sus damas, las cuales redecoraban el lugar, pues los constantes ataques de sus poderes habían roto toda la decoración.
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Mystic: The life change
FanfictionHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...