Epílogo

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La serenidad reinaba en la ojiazul, quien permanecía dormida, mas se sentía rodeada de una energía cálida y protectora, la cual la ayudaba a descansar, pero que también le resultaba extraña, y eso terminó por despertarla. Al abrir los ojos, no reconoció el sitio donde estaba, por lo que por instinto se sentó de golpe en la cama, mas una voz tranquila y ronca la tomó desprevenida.

-Estamos en la nave, tranquila- Gaia volteó hacia un lado, encontrando a Loki recostado, sonriéndole.

-Loki...- murmuró la reina, confundida pero feliz de verlo.

-Han pasado un par de horas desde nuestra huida de Asgard- comentó el pelinegro, atrayendo a la joven hacia él, recostándola- será mejor que descanses. Aun estás débil-

-Me siento bien- respondió la reina.

-Solo duerme, no hay nada de lo que preocuparnos ahora- murmuró el ojiverde.

-A decir verdad, hay mucho por lo cual preocuparnos- Gaia se había acurrucado en el pecho de Loki, mientras lo miraba a los ojos.

-Veremos eso más adelante- algo en la aparente tranquilidad de Loki la alertó, por lo que se sentó nuevamente en la cama.

-Necesito hablar con Thor- espetó, poniéndose de pie.

-Mi hermano se encuentra con Banner- la simple mención de ese nombre le provocó dolor de cabeza.

-Banner... ¿por qué sigue aquí?-

-¿Qué quieres? ¿qué mi hermano lo tire al espacio?- preguntó Loki, levantándose de la cama.

-No sería mala idea- murmuró la reina con enojo. El dios del engaño sonrió levemente y caminó hasta quedar detrás de la joven, para después abrazarla por la espalda.

-Sé que aun guardas rencor por lo que sucedió con ustedes en la tierra, pero fue de ayuda para huir de Sakaar- Gaia suspiró molesta.

-Quiero saber qué sucedió mientras estaban fuera de Asgard- el pelinegro sonrió levemente y besó la cabeza de la ojiazul.

-Tal vez más adelante te lo diga-

-¿Por qué no quieres decírmelo?- preguntó la joven.

-Porque debes de descansar y no haces caso- espetó el hijo de Laufey.

-Me encuentro bien, no necesito descansar- respondió la joven.

Loki giró a la reina para que quedara frente a él, por lo que esta lo miraba fijamente. Gaia no pudo evitar pasar una de sus manos por la mejilla del dios del engaño, quien suspiró levemente ante la caricia de la joven. La soledad y el tormentoso pasado de Loki siempre se hacia presente en su mirada cuando sentía a la reina tratarlo con delicadeza, y nunca pasaba desapercibido para ella.

-Hay algo que desde hace mucho quiero ver-murmuró la ojiazul, mientras acariciaba el rostro de Loki.

-¿Qué cosa?-preguntó él.

-Nunca te he visto en tu apariencia jotun- esas palabras cortaron toda paz en la mirada del gigante de hielo.

Loki retiró la mano de Gaia de su mejilla y apartó la mirada; la joven reina sabía que ese era un tema delicado para él, pero ella siempre había querido verlo en su forma natural. La mirada de la ojiazul buscaba la del dios del engaño, quien parecía negarse a verla directamente.

-Soy un monstruo- murmuró el hijo de Laufey.

-No lo eres- espetó la reina, intentando tranquilizarlo.

-¿Por qué quieres verme así?-

-Porque siento curiosidad por tu verdadera naturaleza, la que sé que siempre frenas- Loki la miraba con confusión, pero simplemente suspiró.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora