Capítulo 19

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Las personas sentían una extraña sensación de felicidad a su alrededor. El viento era demasiado cálido y amigable, como si en alguna parte hubiera una fiesta. Las calles de Nueva York estaban plagadas de transeúntes, pero el buen ánimo que el ambiente les trasmitía, no daba lugar a los malos sentimientos.

Aquella sensación no era algo normal, y muy pocas personas sabían lo que podía significar; entre ellos los vengadores, y quienes habían dejado de serlo. Stark se encontraba en una de las terrazas del complejo de los vengadores, lugar que cada vez se sentía más vacío, mientras disfrutaba del atardecer, pero algo en el ambiente lo sobresaltó.

Hacía meses que no sentía esa buena vibra que el aire podía trasmitirle, y sabía que eso probablemente era causado por Gaia. El morocho miró al cielo por inercia, como si esperara que la joven pudiera verlo.

-Debes de estar haciendo algún desastre junto a Thor, ¿no?-

Un suspiro pesado salió de sus labios. No había día en el que no recordara todas las frías palabras que Gaia le había dicho en su encuentro de hacía meses; extrañaba a su pequeña hermana adoptiva.

~*~

El pueblo asgardiano se regocijaba ante el nacimiento de los herederos al trono. Asgard se encontraba de fiesta, mientras que la ojiazul solo se dedicaba a cuidar de sus pequeños bebés. La noche anterior había sido la primera junto a sus hijos, y no sabía cómo describirlo.

Sentía demasiada dicha al cargarlos, pero a la vez el dolor de la verdad llegaba a ella; esos dos pequeños no podrían conocer a su verdadero padre. No había pasado momento alguno donde no se imaginara la reacción de Steve al ver a sus hijos, pero sabía que eso era prácticamente imposible.

En ese momento, la ojiazul se encontraba viendo por la ventana mientras mecía a su hija, la cual parecía negarse por completo a dormirse. El ruido de las puertas abrirse la tomaron por sorpresa, y al voltear se encontró con Thor, quien sonrió enternecido al verla.

-¿Todo en orden?- preguntó el rubio, intentando no hacer mucho ruido

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-¿Todo en orden?- preguntó el rubio, intentando no hacer mucho ruido.

-No quiere dormir- respondió la reina, mientras seguía meciendo a su bebé.

Para el rubio era algo lindo el verla tan concentrada en lograr dormir a Lynette, pero el pensamiento de que quien debía de estar a su lado era el capitán lo llenaba. Algo dentro suyo le decía que él no pertenecía a ese lugar, los niños tenían que estar con su verdadero padre, pero por desgracia tanto él como Gaia sabían que no podían conocerlo.

-Serán igual de inquietos que tú... no esperes que se duerman rápido- se burló el portador del martillo.

-Tienen de quien sacar- mencionó con gracia la joven.

-¿Quieres que te ayude?- preguntó, acercándose a la pelinegra.

Gaia sonrió agradecida y le entregó a la bebé. La pequeña princesa se removía en los brazos de Thor, sin la intención de dormirse, pero tan pronto como la tomó, esta comenzó a jugar con algunos adornos de su armadura. El rubio parecía totalmente asustado por si le hacía algún daño, pero la ojiazul lo miraba sonriendo, le causaba gracia su temor.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora