El regocijo en Asgard no acababa, pues se encontraban felices de que el reino por fin pudiera ver a Thor como el rey, así como a Gaia, de quien habían escuchado en leyendas que recorrían todo el pueblo asgardiano. Pero, más allá de los alegres sentimientos de las personas, la pareja no se encontraba del todo bien. El peso de su nueva posición era demasiado, y como ninguno quería tenerlo realmente, las cosas se complicaban bastante.
A petición de la ojiazul, esta se encontraba entrenando con los amigos del rubio, pues intentaba adaptarse a las formas del reino. Gaia les había pedido que no intentaran frenarse a la hora de entrenar, pues solo retrasaría su aprendizaje.
Hogun peleaba con ella con una larga vara, mientras que la pelinegra se defendía con el cetro que Odín le había entregado. Aunque no quisiera admitirlo, el cetro le era bastante útil para luchar.
-Intente mantenerlo un poco más alto- mencionó el hombre.
La pelea se encontraba reñida entre ambos, hasta que Hogun notó un punto débil en el combate de la ojiazul y golpeó ese lugar, desconcentrándola. Aquel golpe causó que Gaia perdiera el control sobre su cetro, el cual terminó cayendo de sus manos; le había ganado.
-Es buena, pero aun necesita práctica- comentó el asgardiano.
Thor se acercó a ellos con una sonrisa, sin duda le gustaba que los suyos demostraran ser buenos en combate. Gaia suspiró pesadamente debido al cansancio, el embarazo le quitaba demasiada energía, pero le gustaba aprender.
-En mi defensa, nunca había tenido que luchar con un cetro- murmuró- si alguien intenta acercarse a mí, con mis poderes lo puedo frenar-
-Pero es bueno que intente no utilizar su poder todo el tiempo- dijo esa vez Volstagg.
-Sí... eso creo-
Thor sonrió en su dirección. Ya habían pasado nueve días desde la coronación, lo que causaba bastante angustia en ambos, mas siempre intentaban parecer tranquilos, sobre todo porque no habían tenido ningún tipo de inconvenientes.
De repente, la respiración de Gaia se volvió pesada, al igual que la sensación de su sangre; algo no estaba bien con ella y no sabía qué esperar. Thor de inmediato notó el cambio en el rostro de la ojiazul, por lo que se preocupó.
-¿Qué sucede?-preguntó el rubio. La ojiazul cerró los ojos con fuerza al sentir su cuerpo vibrar, fue en ese momento en el que supo lo que pasaba.
-Aléjense- murmuró.
-Gaia...-Thor estaba demasiado alertado.
-Aléjense... no podré...- las palabras quedaron suspendidas en el momento en que de su cuerpo salió una enorme cantidad de energía.
Todos los que se encontraban en el área de entrenamiento salieron disparado, lejos de donde se hallaba la ojiazul, quien había caído de rodillas debido al temblor de su cuerpo. Pronto su cuerpo se cubrió de fuego, asustando a los asgardianos que la miraban, pues ellos no conocían del todo los alcances de la nueva reina.
-Gaia, detén esto- Thor caminó hasta quedarse muy cerca suyo, pero la joven intentaba alejarse; no quería herirlo.
-No puedo... - murmuró.
Nuevamente, una ola de energía se hizo presente en el lugar, pero esa vez Thor no fue arrojado, mas sí lo había debilitado. Sus poderes estaban completamente incontrolables, y se estaba desesperando demasiado. Su cuerpo seguía cubierto por la enorme llama que la envolvía, pero ahora el viento le hacía compañía. Una fuerte ráfaga comenzó a presentarse en Asgard, asustando al pueblo entero.
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Mystic: The life change
أدب الهواةHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...