Capítulo 17

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-Mierda- murmuró Gaia mientras ponía su mano sobre su vientre.

Ella y sus damas llevaban bastante rato sintiendo los movimientos de los bebés, los cuales parecían estar jugando dentro de la reina. Gaia de vez en cuando se quejaba de ello, pues sentía cómo algo dentro suyo era empujado por sus hijos.

-Mira, ahí está- dijo con entusiasmo Ailina, mientras un pequeño piecito se marcaba en la piel de la reina.

-Deben de estar intentando acomodarse- mencionó Helga.

-O se están poniendo de acuerdo para dejarme sin aire- se quejó la reina, haciendo reír a sus damas.

El ambiente de la habitación en ese momento era demasiado feliz, pues para ellas era un deleite presenciar cómo los bebés se movían, sobre todo cuando Gaia les cantaba en voz baja. Los pequeños reaccionaban a la voz de su madre, y parecían alegrarse cuando les cantaba la misma canción que una vez le cantó a Steve mientras bailaban.

De pronto, Thor entró a la recamara, sorprendiéndose al ver a las damas sentadas alrededor de la ojiazul. El rubio se acercó a la cama con una sonrisa, mientras que la pelinegra solo lo saludaba.

-¿Está todo en orden?- preguntó el rey.

-Los bebés se mueven mucho últimamente- mencionó Ailina con entusiasmo.

-Por dios- se quejó la joven al sentir como dos pares de piecitos se deslizaban por su vientre y se marcaban en su piel.

Thor se sorprendió al presenciar eso, por lo que se sintió curioso ante lo que pasaba. Las damas se levantaron de la cama y dejaron que el rey estuviera junto a su esposa para que también fuera testigo de cómo los pequeños se movían dentro de la reina. El rubio posó su mano sobre le vientre de Gaia y se sorprendió al sentir el movimiento. La ojiazul no pudo evitar reír ante la reacción de Thor, pero dejó que siguiera sintiendo a los pequeños.

Eran esos momentos cuando ambos realmente parecían un matrimonio, pero eso estaba bastante lejos de ser real. Se querían como los amigos que eran, pero nada más, y eso no cambiaría nunca.

~*~

Los pasos apresurados de los sirvientes podían escucharse por todo el palacio. El lugar era un completo caos debido a los preparativos para el banquete de Thor quería celebrar para que el pueblo pudiera ver a la reina en su embarazo, así como darle la bienvenida a los próximos herederos al trono de Asgard. A pesar de que los bebés no fueran del rey, serían proclamados príncipes del pueblo, pues nadie sabía la verdad, salvo unos pocos de confianza.

Gaia se encontraba en su habitación leyendo tranquilamente junto a Loki, quien de vez en cuando la miraba con desconfianza. Ya no era extraño para nadie encontrarlo junto a la reina, pero sí despertaba la desconfianza en los asgardianos, pues todos sabían de lo que era capaz, mas nadie se daba cuenta de que en esos casi tres meses algo había despertado en el gigante de hielo.

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Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora