Ella sabía que le debía una disculpa a Loki por haberlo encarcelado injustamente, y aun cuando su orgullo le gritaba que no podía hacerlo, estaba decidida a disculparse.
Los pasillos del castillo se abrían frente a ella, hasta que se encontraba frente a las puertas de su recamara, las cuales fueron abiertas por los guardias. Dentro del lugar, se encontraba el gigante de hielo sentado en su cama, sin vestidura alguna en la parte superior, por lo que sus heridas se hallaban a la vista. La energía que había detenido con su cuerpo había causado múltiples heridas y hemorragias, por lo que el dios del engaño estaba un poco débil.
-¿Qué haces aquí?-preguntó el pelinegro. Gaia caminó hasta llegar a su cama y se sentó en la orilla de esta.
-Quiero pedirte perdón- murmuró la joven, bajando la mirada.
-¿Qué?-
-Te envié de regreso a esa celda sin que realmente fueras el culpable... lo siento- Loki no podía estar más sorprendido de escucharla así.
-Estábamos hablando de tus hijos... entiendo por qué reaccionaste de esa forma- respondió el gigante de hielo después de un silencio corto.
-Aun así, debí creerte-
-Tus recuerdos sobre mí en el pasado son más pesado-
-No es cierto-
-Claro que sí, y lo sabes- espetó. A Loki parecía no importarle la disculpa de Gaia, por lo que la ojiazul insistió.
-Ahora realmente te conozco, sé que no le podías haber hecho nada a tus sobrinos, sobre todo no después de haberlos escuchado decir tu nombre tantas veces- aquel recuerdo los hizo sonreír- perdóname- el ojiverde suspiró pesadamente.
-De acuerdo, te perdono- respondió con una pequeña sonrisa.
Gaia sintió cómo el peso que llevaba acosándola desde el día anterior se desvanecía de su espalda. Tras aquella disculpa, la reina le ayudó al gigante de hielo con sus heridas, comenzando a curarlo. Loki la miraba con sorpresa, pues nunca antes se había sentido así, protegido y cuidado por alguien más. El sentimiento que aquel momento le trasmitió, lo hizo suspirar, llamando la atención de la joven. Después de ayudarle, estuvieron hablando un tiempo, fue entonces que la pelinegra le mencionó el plan que tenía, el cual le asustaba demasiado
~*~
La maldad siempre se ha encargado de terminar con todo rastro de felicidad que alguien pudiera tener, y a veces no había manera de frenarlo. El corazón de la ojiazul se estrujaba con fuerza por lo que estaba por hacer, mas era necesario. El bifrost se abrió ante ella, y con el corazón desbocado, ingresó en él para ser llevada hasta su mundo.
Como en las veces que había regresado a la tierra, Heimdall la había dejado en un lugar apartado de la ciudad para evitar que la encontraran rápido. Caminó hasta la acera y comenzó su camino para acercarse a la ciudad; para su suerte, un hombre mayor se ofreció a llevarla hasta la ciudad. La ojiazul se mantenía oculta tras la apariencia de alguien más joven y de cabello rizado y negro.
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Mystic: The life change
FanfictionHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...