Capítulo 48

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Siempre nos han dicho que el amor lo puede todo, pero ¿Qué tan real era esa frase? Desde que Gaia tenía memoria, cuando ella experimentaba ese sentimiento, y era consciente de él, algo malo tenía que pasarle a la otra persona, tarde o temprano, y temía que Loki pasara por lo mismo. Desde el día en que la reina Frigga los había protegido del hechizo del Padre de Todo, Gaia experimentaba demasiado miedo con que algo malo le sucediera al dios del engaño, mas este se dedicaba a tranquilizarla.

En ese momento ambos se encontraban en la biblioteca de la reina, buscando alguna información que pudiera servirles para descubrir una manera de bloquear el efecto del hechizo creado por Odín. Nuevamente el lugar vibraba cada poco tiempo ante los intentos de la reina por bloquear el poder del hechizo en su muñeca. El gigante de hielo le ayudaba bastante, tanto moralmente como con su propio poder. Loki dejaba que su poder llegara a la ojiazul, haciéndola aun más poderosa.

-Esto no va a ningún lado- mencionó la joven, deshaciendo el hechizo.

-Necesitamos hablar con mi madre-

-¿Y cómo pretendes que hable con ella? La vez pasada no fue por voluntad, estaba dormida- espetó la pelinegra.

-Pero tienes el poder de ver muertos, ¿no?-

-Solo ha funcionado dos veces... y no lo he vuelto a experimentar-

-Es momento de que sean tres veces- comentó el dios del engaño.

-No es a voluntad como mis otros poderes, Loki. La persona fallecida tiene que querer también-

-Mi madre se ha mostrado ante ti...- Gaia lo interrumpió.

-En un sueño-

-Pero lo ha hecho- espetó irritado el ojiverde- de no querer contactarse contigo, ni siquiera eso hubiera hecho-

-Tal vez aun no es momento de que sepa cómo bloquear el hechizo- murmuró la reina- ¿no lo has pensado? Tal vez la reina Frigga se volverá a presentar cuando sea el momento- Loki se quedó pensativo ante sus palabras, pues él sabía que su madre siempre hacía las cosas cuando eran necesarias, y evitaba a toda costa adelantarse a lo que pasaría más adelante.

-Tal vez...-respondió el gigante de hielo.

-Creo que debemos de tomarnos un descanso- mencionó la joven, sentándose en el suelo.

-Hay sillas- comentó sarcástico.

-Pero quiero sentarme en el suelo- respondió la reina.

El silencio reinó en la biblioteca, pero no era incomodo, pues ambos se sentían cansados por la utilización de sus poderes. Después de un par de minutos, la ojiazul se puso de pie y se acercó a la mesa, para tomar nuevamente el libro de hechizos que habían estado utilizando. Loki inspeccionaba cada movimiento que la reina hacía, fue entonces que se le ocurrió una idea, mas temía por lo que podía pasar.

El hijo de Laufey se puso de pie y acorraló a la pelinegra, como varias veces había pasado. Gaia lo miraba con confusión debido a su repentino movimiento. La pelinegra seguía manteniendo el libro en sus manos, y eso era lo único que los separaba, mas Loki lo tomó, quitando el único obstáculo para que pueda acercarse aun más.

-¿Qué crees que haces?-preguntó la joven.

-Averiguo una manera de activar el bloqueo-respondió el ojiverde, tomando la barbilla de la reina.

-Podemos herir a Thor...-

-Despertará tarde o temprano- la voz de Loki sonaba agitada, pues también temía por ella.

Vacilante, el dios del engaño terminó por unir sus labios a los de la reina en un beso lento. Loki podía sentirla temblar del pánico que sentía por lo que estaba sucediendo, mas Gaia no se separó, sino todo lo contrario. La reina abrazó al gigante de hielo por el cuello, atrayéndolo más hacia ella. El beso iba subiendo de tono poco a poco al ver que no había efecto alguno del hechizo. El hijo de Laufey la tomó de la cadera con fuerza, haciéndola suspirar.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora