Capítulo 32

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Gaia no se había separado del lecho del rey, el cual seguía inconsciente. Los amigos del rubio habían ido a verlo después de algunas horas, pero no estuvieron demasiado tiempo. La reina se mantenía en total silencio en la habitación, mientras que su mente era un completo desastre. El recuerdo de lo que había pasado la aturdía demasiado, así como el recuerdo del momento en que Odín había estado junto a ella, recriminándole lo que había causado. La reina necesitaba hablar con el hermano adoptivo de Thor, pues quería evitar que se volviera a repetir.

-Lo siento- murmuró la ojiazul con pesar- no sé qué sucedió-

El rey se mantenía dormido, por lo que no hubo respuesta alguna de su parte. Gaia lo miraba con la culpa tomando totalmente su cuerpo. Las imágenes de aquel beso llegaron de pronto a su mente, pero ella intentó deshacerse de ellas, mas se repetían con demasiada fuerza en su cabeza. La delicadeza de Loki a la hora de juntar sus labios a los de ella, cómo había tomado su rostro con demasiada dulzura. Pasó uno de sus dedos por sus labios, mientras recordaba esa sensación. Ella era consciente de que no tenía ese tipo de sentimientos por él, pero sin duda la había sorprendido.

~*~

Loki daba vueltas por su habitación, cual león enjaulado. Se repetía a si mismo que era un idiota por haberla besado, aun sabiendo que jamás le podría corresponder. Ese beso había llevado a su vida un sentimiento que hacía demasiado no experimentaba: paz. El sentir la unión de sus labios con los de la pelinegra le había transmitido tal paz que pensó que caería dormido, como si fuera un hechizo. Pero después recordaba lo que había causado en ella, y su vestido salpicado en sangre.

El dios del engaño deseaba regresar el tiempo y detenerse a sí mismo, para evitar que más confusiones vagaran por su mente, pero también sabía que el descubrir lo que realmente le pasaba era algo bueno, a pesar de que no quisiera sentirlo del todo. Había demasiados pensamientos en su cabeza que no pensaba con claridad. Por un lado estaban aquellos ojos que mostraban preocupación por él y lo que le pasaba, pero a la vez estaba la imagen de ella corriendo para buscar a Thor.

Lleno de ira y desesperación, el gigante de hielo aventó la mesa que había en medio de la habitación, haciéndola chocar con la pared. Había demasiados sentimientos en su pecho y en su mente que no sabía cual tomar y cual desechar. El dolor de saberse rechazado incrementaba, haciéndolo enojar con ella, pero después escuchaba ese llanto desgarrador y sentía la necesidad de correr hacia ella y envolverla en sus brazos, y protegerla del hombre que la había atado a aquel lejano mundo al que no pertenecía realmente.

~*~

Dos días después del incidente, Gaia se mantenía junto a la cama de Thor, pues no se había movido de ahí, esperando que despertara. La reina yacía dormida en la orilla de la cama, pero el débil movimiento de una mano la despertó, encontrándose con su compañero por fin consciente.

-Thor...- murmuró la ojiazul con felicidad. El peso de la culpa disminuyó considerablemente, mas no se había ido por completo- llamaré a las sanadoras para que te revisen- mencionó, mas el rubio la tomó de la mano, impidiéndole levantarse.

-Estoy bien-

-No es cierto- respondió la joven.

-Gaia...-

-Estuviste inconsciente dos días, no esperes que crea que estás bien- el tono preocupado no se iba de su voz.

-En serio me siento bien- insistió el rey.

-Entonces no hay problema de que hagan un chequeo rápido- espetó la reina, levantándose para poder pedirle a uno de los guardias que llevaran a las sanadoras.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora