Dos días habían pasado desde el incidente, y la reina seguía en su letargo. Thor se encontraba a su lado en ese momento, pero la culpa y el dolor de verla así lo estaban destruyendo. Él no había querido que algo así sucediera, y es que la realidad es que no había sido culpa suya, no del todo.
Él se encontraba en una de las bibliotecas, intentando buscar algo que le pudiera servir para ayudar a Gaia con la energía oscura, pues a pesar de que ya había pasado bastante tiempo desde el arrebato de esa energía en ella, era algo que rondaba su mente constantemente. Durante su busqueda, una de las tantas sirvientas del palacio había entrado en el lugar para dejarle un poco de comida. Habían hablado levemente, y cuando menos lo pensó, los labios de la mujer se encontraban junto a los suyos. En un principio se sorprendió, pero simplemente dejó que el momento lo tomara por completo, hasta que sintió cómo algo dentro suyo se estrujaba.
Cuando se separó de ella realmente se sintió mal, su cuerpo temblaba levemente, pero no pasó a mayores. La mujer se miraba avergonzada, pero se notaba realmente dispuesta a tomar un lugar en el corazón del rey. Thor intentó hablar con ella, pero la voz de Volstagg lo sobresaltó. En el momento en que escuchó que Gaia estaba con las sanadoras corrió hasta el lugar, y lo que encontró solo lo hizo sentir peor que antes.
Con el corazón encogido se acercó al lector de almas y tomó la pequeña mano de la joven, la sentía más fría. Mientras se martiriaba a sí mismo, escuchó las puertas abrirse y no previó el ataque de su hermano adoptivo. Lo había tomado desprevenido, pero no le sorprendió, pues sabía lo que él sentía por su esposa.
-Lo siento-murmuró el rubio, tomando la frágil mano de la reina, quien seguía inconsciente.
Esos dos días había estado al pendiente de ella, pero el tener que ver algunos asuntos del reino lo separaba de ella, tiempo que era utilizado por Loki para verla. El gigante de hielo no le dirigía la palabra a su hermano, pero estaba bastante al pendiente de cuando este salía de la recamara de la reina para poder ser él quien la acompañara.
Las horas pasaron y la noche llegó a Asgard, y con ello la visita de Loki. El dios del engaño se encontraba sentado en la orilla de la cama, esperando que en algún momento la ojiazul abriera los ojos. El recuerdo de su ataque lo perseguía día y noche, y se sentía un inútil por no haber podido ayudarla.
Loki la miraba con detenimiento, admirando la aparente tranquilidad que había en su rostro, por lo que no pudo evitar acariciar la mejilla pálida de la reina. Aun no entendía los sentimientos que lo asaltaban cada vez que estaba con ella, pero estaba seguro de que algo había, y no era solo cariño de amistad, eso era seguro. El gigante de hielo entrelazó sus dedos con los de la pelinegra, en un intento por sentirla más viva, más ella.
-Despierta, por favor- murmuró el ojiverde.
Sin poderse resistir, Loki besó la frente de la joven con delicadeza; realmente se sentía demasiado angustiado por ella. Al separarse, sintió cómo la reina se removía levemente, por lo que el hijo de Laufey la miró a los ojos, con una sonrisa.
-Hola-murmuró la pelinegra. Su voz sonaba áspera por el tiempo que había estado inconsciente.
-Volviste- Loki sintió demasiada paz al verla abrir los ojos, otra vez estaba junto a él.
-¿Dónde estamos? ¿Qué sucedió?- Gaia se notaba claramente confundida sobre lo ocurrido.
-Estás en tu habitación. Lo demás podemos dejarlo para después- mencionó el dios del engaño con una sonrisa tranquilizadora.
-¿Dónde está Thor?- esas palabras fueron suficientes para borrar la sonrisa del rostro del ojiverde- ¿qué sucede?- Loki solo suspiró- ¿Dónde está?-
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Mystic: The life change
FanfictionHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...