Capítulo 18

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Gaia caminaba a paso lento por los pasillos del palacio, intentando relajarse. Minutos atrás había tenido un pequeño incidente con sus poderes, y como desde hacía días no hablaba con Loki, no había nadie que pudiera ayudarle. La reina intentaba alejarse lo más que pudiera de quienes vivían o servían en el castillo, pues no quería dañarlos.

Sin saber cómo, la ojiazul terminó de pie frente a las escaleras que la llevaban hasta la biblioteca de la reina, y optó por subir. Su ya enorme vientre le hacía muy difícil el subir las escaleras con normalidad, por lo que tuvo que elevarse un poco y subirlo de esa manera. No podía volar por completo, pues no sabía si el hacerlo causaría más inestabilidad en sus poderes.

Al entrar en el lugar, una enorme ola de energía salió de su cuerpo, drenando gran parte de su energía. A duras penas pudo llegar hasta la silla en medio de la gran habitación, pero una vez estuvo sentada, dejó que su poder se manifestara. Sabía que los hechizos que había en la puerta y alrededor de ella podrían bloquear cualquier mal que ella pudiera causar, y decidió quedarse ahí hasta que el problema se fuera.

~*~

Loki se encontraba en uno de los jardines del palacio, disfrutando de su mediana libertad. Desde que había hecho enojar a Gaia no tenía que estar detrás de ella, y le parecía relajante, pero a la vez un atisbo de culpa lo invadía. Sabía que si no fuera por ella seguiría en aquella celda, pero tampoco era como que estuviera muy agradecido de estar atado al castillo.

Mientras acariciaba una pequeña flor pensó en lo que había pasado el día del banquete, y aquella mirada dolida llegó a su mente. Todo ese tiempo se había estado diciendo a sí mismo que Gaia no era más que un obstáculo para poder huir de Asgard, pero sabía muy bien que algo dentro suyo le decía que en realidad le caía bien. La reina había logrado descongelar un poco el frío corazón del gigante de hielo.

Aun cuando no le gustara admitirlo, ella era la única compañía que tenía; los demás dentro del castillo solo le regalaban miradas hostiles y de desconfianza. Incluso su hermano había dejado de mirarlo con confianza, cosa que, aunque no admitiera, sí le dolía. El único, junto a Frigga, que había sido afín con él, lo miraba con demasiada desconfianza.

-Basta- espetó para sí mismo- no eres más que su prisionero- se convenció.

Loki intentaba regresar a su frío temple, pero el recordar aquella mirada que le había regalado Gaia aquel día era dolorosa. Con la visión de esos tristes ojos regresó al palacio, ya no se sentía cómodo paseando por ahí.

Cuando intentó regresar a su habitación, un viento helado llegó a él

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Cuando intentó regresar a su habitación, un viento helado llegó a él. Frenó sus pasos de repente, pues algo en esa ráfaga lo llamaba. Segundos después, nuevamente sintió el frio viento, fue entonces que supo que algo estaba mal. Caminó a paso apresurado por los pasillos, buscando aquello que lo alertaba. La sensación cada vez aumentaba más conforme avanzaba, sobre todo al llegar a un pasadizo que él bien conocía.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora