Capítulo 45

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Los asgardianos se encontraban realmente sorprendidos al ver cómo los blancos copos bajaban del cielo. La nieve no era algo que sucediera dentro del pueblo, pues el verano era su clima casi determinado, mas la reina se encontraba demasiado feliz, y eso había causado que el frio llegara a ese mundo. Los poderes de Gaia se estaban volviendo cada vez más fuertes, y con ello causaba cosas que nadie podía explicar. Si bien, era bastante conocido que podía cambiar el clima al sentirse triste o enojada, no sabían que incluso podría atraer una estación nueva a un mundo donde no nevaba.

El pueblo entero parecía disfrutar de la nieve que caía sin cesar, pues no sabían cuanto tiempo podrían tener de invierno. El frio no era tan extremo como para mantener la nieve por mucho tiempo, por lo que incluso Gaia salió del castillo para disfrutar un poco. La joven miraba por el balcón cómo hasta los soldados disfrutaban del clima, haciéndola sonreír.

-Asgard nunca ha experimentado una nevada- mencionó Thor, quien se encontraba a su lado.

-Pues ahora lo harán- respondió la joven con una sonrisa.

-Aun no me has dicho qué es lo que te tiene tan feliz como para lograr causar esto- comentó el rubio.

La sonrisa en el rostro de la reina se desvaneció, pues la respuesta atraería problemas. Gaia no le había dicho a su esposo que había liberado a Loki del hechizo desde hacía días, y sabía que la reacción de él no sería nada buena al enterarse. La ojiazul permaneció en silencio, solo admirando lo que sucedía alrededor, como si no lo hubiera escuchado.

-¿Y bien?-

-Solo estoy alegre... es todo- respondió la joven, desviando la mirada hacia el pueblo.

Esa respuesta no lo dejó realmente convencido, pero pensaba dejar que el mismo tiempo le hiciera saber qué sucedía. Gaia observaba detenidamente la nieve que llegaba a ella, y sentía que algo dentro suyo danzaba alegre ante esta.

-Hay que ir al pueblo- mencionó la pelinegra, con una sonrisa en su rostro. Thor no tuvo el corazón para decirle que no, por lo que la acompañó.

Al llegar, se encontró con todos los niños del pueblo jugando alegremente con la nieve que había por el suelo, y que aun caía del cielo. Los asgardianos al verlos hicieron una reverencia ante ellos, pero la reina se encargó de tranquilizarlos, pues no estaban ahí en calidad de reyes, sino como alguien más del pueblo.

Thor la miraba a varios metros de distancia, apreciando cómo jugaba con los niños que ahí había. Los pequeños lanzaban bolas de nieve entre ellos, y la joven reina los acompañaba. Pronto más personas parecían disfrutar de jugar con la capa blanca que cubría el suelo, hasta el punto de que parecía un enorme festejo. El rubio sonreía enternecido al verla sonreír de aquella manera, pues hacía demasiado que no miraba una sonrisa tan genuina en ella.

De pronto, el rey sintió cómo algo impactaba en su pecho, para después escuchar la risa alegre de Gaia. Esta le había arrojado una bola de nieve al verlo tan distraído. Thor tomó un poco de la nieve que había bajo él y se la arrojó a su esposa, pero ella logró esquivarla. Entre risas, la reina se acercó al digno del Mjolnir.

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Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora