Los árboles vibraban cada poco tiempo ante el poder de la reina. Gaia se encontraba en la biblioteca a solas, intentando crear hechizos que nunca antes había hecho. Por primera vez se había atrevido a tomar uno de los libros que se encontraban en lo más profundo de la biblioteca, y ahora entendía por qué se encontraban en aquellas circunstancias. Había descubierto que se trataban de textos tan poderosos como peligrosos, pues si alguno de ellos no era ejecutado de la manera correcta, podría atraer la desgracia a todos los mundos posibles.
Aquellos libros contenían información que no le había sido fácil de digerir a la primera, como la existencia de más de una realidad. El tema de las diferentes realidades siempre había sido algo fascinante para ella, y ahora encontraba por fin información al respecto. Así mismo, dentro de aquellas páginas había un sinfín de seres que ella desconocía por completo, así como información sobre personas bastantes poderosas. La que más había llamado su atención era la existencia del hechicero supremo, persona que residía en la tierra, y que claramente ella no conocía, pero que quería conocer.
La orilla de la biblioteca se encontraba de un color azul claro tan intenso debido al hechizo creado que incluso la joven sentía que la cegaba. Aquel encantamiento tenía como objetivo mostrarle todo su poder interior, pero era tanta la carga que no lograba concentrarse del todo. Su interior vibraba con demasiada violencia, debido a la gran cantidad de poder que dejaba salir. Pronto el hechizo terminó por quebrarse, lanzándola hasta el final de la biblioteca.
Su cuerpo chocó con algunas estanterías, lastimándola bastante. Tenía la mirada borrosa y escuchaba un pitido, a causa del aturdimiento. Su cuerpo estaba demasiado débil como para dejarle siquiera ponerse de pie, por lo que no tuvo opción mas que permanecer ahí. Repentinamente, miró cómo a la lejanía las puertas se abrían, y la voz de Loki llamándola se escuchó levemente.
Gaia intentaba enfocar la mirada, pero todo le daba vueltas, al punto de provocarle nauseas. Podía ver la silueta del dios del engaño frente a ella, intentando ayudarla, mas no podía siquiera responderle. El pelinegro la tomó en brazos con delicadeza y la sacó de la biblioteca, importándole realmente poco el desastre que había por el lugar.
El gigante de hielo sentía que las escaleras en espiral se alargaban a propósito, pero intentaba relajarse para poder ayudar a la reina. La joven poco a poco comenzaba a perder la lucha contra el cansancio, hasta que Loki sintió cómo el cuerpo de la pelinegra se aflojaba. El hijo de Laufey tuvo que tomarla con fuerza, para evitar que cayera.
El camino hasta la habitación de la reina se sintió larga para el príncipe, quien ya se encontraba realmente preocupado por la joven. Al llegar a esta, sus damas se encontraban ahí, limpiando algunas de las pertenencias de la monarca, mas al verla inconsciente en los brazos del gigante de hielo se preocuparon por ella.
Helga guio al ojiverde hasta la cama de la reina, a quien recostó con sumo cuidado. Pronto Liv y Ailina salieron en busca de algunas hierbas y pociones para ayudarla con el cansancio.
-¿Dónde la encontró?-preguntó Helga. Loki no respondió a su respuesta, pues sabía que Gaia prefería mantener en secreto la ubicación de la biblioteca- ¿volvió a encerrarse en ese lugar que parece nadie conocer?- el pelinegro alzó la mirada hacia ella.
-¿De qué lugar habla?-
-No se necesita conocer completamente el castillo para saber que hay tantos pasadizos como habitaciones, joven Loki- respondió la mujer.
-A la reina no le hará nada de gracia que sepa donde se recluye de vez en cuando- espetó el gigante de hielo.
-Soy la encargada de ayudar a la reina en lo que necesite, por lo que necesito saber donde pasa tanto tiempo la reina-
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Mystic: The life change
FanfictionHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...