Capítulo 14

368 45 13
                                    

-Eres un verdadero desastre- se burló el pelinegro.

-Si tan solo me enseñaras cómo hacerlo en vez de burlarte de mí, ya habría avanzado en esto- espetó la reina con molestia.

Ya habían pasado dos semanas desde que Loki permanecía a su lado, enseñándole y ayudándole a controlar sus poderes. Sin que ninguno lo previera, lograron congeniar bastante, gracias al odio que le tenían a Odín.

La tarde del primer día de Loki fuera de aquella celda, se habían encontrado con el Padre de Todo, quien sin duda se encontraba furioso al ver a su hijo adoptivo junto a la esposa de su único hijo legítimo. Ambos le habían sonreído con altanería. El que el gigante de hielo se encontrara fuera de la celda era algo que él siempre había intentado evitar, y saber que había sido Gaia quien lo había liberado lo hizo arden en cólera, cosa que ambos disfrutaron.

Desde que había aceptado que se encontraba atada a Asgard, la ojiazul había decidido hacer todo lo que el padre de Thor intentara evitar, obviamente sin llegar a dañar al pueblo. Ella sabía que el que Loki estuviera a su lado lo haría estallar, y realmente lo había conseguido.

Ambos se encontraban ahora en una de las salas vacías del palacio, intentando lograr que Gaia hiciera un hechizo sencillo de ilusión, pero no le salía, cosa de la que Loki se llevaba burlando desde hacía horas. El gigante de hielo había decidido enseñarle desde lo más difícil, pues si lograba dominarlo, los hechizos más fáciles serían pan comido para ella.

-Mira, en mi defensa, estos dos pequeños no me dejan hacer muchas cosas- se quejó la joven.

-¿Ahora culpas a tus futuros hijos de no ser competente?- se mofó.

-Mis poderes son un desastre por el embarazo, y creo que eso ya lo sabes- Gaia rio al ver la mirada molesta de su acompañante. Cuatro días atrás los poderes de la pelinegra habían aparecido de repente, ocasionando que Loki saliera lastimado.

-Aun me duele- comentó el dios del engaño con molestia.

-No seas llorón- se burló la joven- si mal no recuerdo, hace tiempo te referiste a ti mismo como un dios, ¿acaso un dios no soporta un poco de energía?-

-Me lanzaste por una ventana y casi muero de asfixia-

-Si hubieras hecho lo que te pedí, nada habría pasado- respondió Gaia.

-Como sea. Intenta de nuevo, pero concéntrate-

Gaia suspiró levemente al intentar crear una copia de ella misma con magia, pero sentía su cuerpo temblar al tratar de dejar la magia fluir, y le estaba desesperando. De pronto, un leve cosquilleo se presentó entre sus dedos, y con un poco de concentración logró crear una replica suya frente a ella. Los ojos de la reina brillaron de emoción al ver que lo había logrado, pero de repente sintió que todo empeoraba dentro suyo. Tuvo que desaparecer aquella imagen suya para intentar tranquilizar sus poderes que amenazaban con aparecer.

-¿Qué sucede?-preguntó Loki.

-Mis poderes-murmuró, mientras su respiración se hacía más agitada.

El ojiverde se encontraba ya junto a ella, intentando ayudarla. Le pedía que regulara su respiración, así como centrarse solamente en su alrededor, no lo que pasaba dentro suyo, el miedo era el arma que utilizaba el pelinegro para ayudarla. El hacerle imaginarse lo que podía ocasionar al pueblo la atemorizaba, y le era de utilidad para mantener a raya sus poderes.

Cuando su poder dejó de ser una amenaza, Loki la ayudó a llegar hasta la silla que había cerca suyo. Para Gaia era interesante ver al gigante de hielo mostrar algo de sus sentimientos, así fuera solo lástima por lo que ella pasaba.

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora