Capítulo 41

303 34 6
                                    

Loki sentía su sangre hervir a más no poder. Tras haberse cerrado las puertas de su habitación, arrojó la mesa que estaba más cerca suyo, importándole poco el desastre que podría causar. El enojo era cada vez más fuerte en su interior, y es que se sentía un verdadero estúpido al haber caído ante las redes de la reina.

Muy temprano por la mañana había decidido ir a ver a Gaia para hablar con ella, pues las cosas entre ellos no estaban para nada bien desde el día de la biblioteca, pero al llegar a la habitación de la joven, encontró la peor imagen que pudo pensar, Thor y ella yacían dormidos en la misma cama, y el desastre que había por el suelo con su ropa bastó para entender qué había sucedido.

Nuevamente su hermano le hacía saber que nada de lo que él realmente quería sería suyo, y se lo había dejado en claro. Sentía la rabia recorrer cada centímetro de su ser, y no sabía cómo liberarlo. Gritó de impotencia, de dolor al repetir mentalmente esa escena.

Él sabía que no podía recriminarles nada, ni siquiera se podía quejar de ello, pues eran esposos, a pesar de que no se amaran en lo absoluto. La sensación de no pertenecer a ninguna parte lo embargó y no sabía cómo gestionarlo. Se sentía realmente solo en esas cuatro paredes; necesitaba salir de ahí.

~*~

Gaia abría los ojos al sentir la luz del sol sobre ella. Lo primero que vio fue el vacío al lado de su cama, cosa que en un principio no le tomó importancia, pero al ser consciente de sí misma, analizó su alrededor. Quedaban pocas botellas de licor por el suelo, así como algunas piezas de su ropa, fue entonces que las imágenes de la noche anterior llegaron a ella.

Recordó el estado triste en el que se había adentrado por culpa de todo lo que comenzaba a sentir y que no comprendía. Después las imágenes de sí misma junto a Thor la atacaron, y no pudo mas que sentirse avergonzada. Había dormido con él a voluntad. La culpa comenzó a ser cada vez más notoria en su mirada, pero intentaba dejar de lado ese sentimiento; eran marido y mujer, podían hacer lo que se les diera la gana juntos, pero era más que claro que no sentían nada el uno por el otro.

Las puertas de su habitación se abrieron de par y dejaron que Liv y Helga entraran. Ambas se sorprendieron al ver a la reina despierta, pero no dijeron nada, simplemente se dedicaron a juntar todo el desastre de botellas que aun había por el lugar.

Las mejillas de la ojiazul comenzaron a tornarse de un leve rosa, pues se sentía expuesta ante ellas. Helga, al notar la mirada avergonzada y perdida de la reina, le dijo unas cuantas cosas a su compañera y se acercó a la pelinegra. Liv por su parte salió de ahí con las cosas en sus mano, dándoles espacio a ambas.

-Majestad...-

-No sé qué me pasó...- el tono ausente de la joven hizo suspirar levemente a su dama.

-No ha hecho nada malo, sino todo lo contrario- la reconfortó la mujer.

-¿Y por qué siento que no es lo correcto?-preguntó la ojiazul, volteando a verla.

-Porque aun hay sentimientos que la atan a un hombre de su pasado- espetó Helga- además de lo que comienza a sentir por el príncipe Loki- Gaia escondió su rostro entre sus manos, realmente avergonzada de los recuerdos que llegaban a ella.

-Esto no puede ser peor- murmuró la joven.

-Lo que ha pasado es lo mejor que pudo pasar entre usted y el rey-

-Es todo lo contrario, Helga. Thor y yo no nos amamos, y lo sabes bien- la ojiazul se sentía desesperada al ver que había empeorado las cosas.

-Pero poco a poco comenzará a sentir algo por su esposo- respondió la mujer- no todos los matrimonios comienzan con un amor destinado-

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora