Capítulo 46

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Las cosas en Asgard se encontraban más tranquilas, a pesar de que era inevitable sentir la pesadez que causaba esa aparente tranquilidad. Por desgracia, para ellos era poco usual tener tanta calma, y cuando algo así sucedía, algo mil veces peor que lo anterior llegaba, y eso era lo que más temían.

En un intento por evitar pensar demasiado, Gaia se encontraba en uno de los jardines del castillo, admirando las flores que se alzaban bellamente. La joven se dedicaba a acariciarlas con delicadeza, siempre intentando no hacerles daño. La reina siempre se deleitaba con la naturaleza de aquel mundo, incluso cuando era una cautiva. La ojiazul siguió su camino por el lugar, dejando que las vistas la tranquilizara.

Los amplios jardines daban lugar a cientos de plantas conocidas y que eran propias de ese mundo. La pelinegra se había sentado en una de las bancas que había por el jardín, mientras miraba el paisaje. La tranquilidad llegaba a ella, hasta que repentinamente sintió una brisa fría recorrer su espalda. La reina sabía que aquello solo era un mal presagio.

-Me hubiera gustado por ayudarte-escuchó detrás suyo. Al girarse, Gaia sintió su rostro palidecer.

-Reina Frigga...- la actual reina hizo una reverencia ante ella.

-Querida, nadie puede verme salvo tú- una sonrisa tranquilizadora tomó el rostro de la madre de su amigo.

-¿Por qué a despertado de su descanso eterno, majestad?- preguntó preocupada la ojiazul.

-Cosas terribles están por venir, tienes que estar preparada-

-Eso me temía-murmuró la pelinegra- ¿qué es lo que se aproxima?-

-No me es permitido revelártelo, pero tienes que estar preparada. Todos ustedes deben estarlo-

-¿Cuándo podremos estar en paz?-preguntó Gaia con cansancio.

-Mientras la maldad exista en los nueve mundos, será difícil que la paz pueda reinar por completo-

-No estoy lista-murmuró la joven, comenzando a temer por lo que podía pasar.

-Eres más fuerte de lo que crees, o de lo que el Padre de Todo te ha dicho-

-No me siento tan poderosa como dice-

-Eso es porque temes de tu propio poder. Cuando aceptes tu verdadera naturaleza, entonces podrás ver cuan poderosa eres- espetó la antigua reina, mostrando la determinación de sus palabras.

-Cuando comenzaba a aceptarme, solo pasaron cosas terribles... como mi llegada a Asgard-

-Padre de Todo ha tomado muy malas decisiones con respecto a ti... espero no le guardes demasiado rencor-

-Demasiado tarde- respondió la ojiazul encogiéndose de hombros.

-Todo lo que ha hecho es para un propósito-

-Lo sé, quiere que cuide de su pueblo...- la reina la interrumpió.

-Es algo más grande que Asgard, querida. Llegado el momento lo sabrás- mencionó la madre de Thor.

-Estoy comenzando a cansarme de las guerras... solo quiero estar tranquila junto a mis hijos- murmuró la pelinegra.

-Toda madre quiere lo mejor para sus hijos, y tienes que luchar para que ellos no sufran-

-Lo sé... son la única razón por la que sigo aquí-

-Sé que darás todo por tus hijos, incluso por los míos-

-Sus hijos me volverán loca- espetó la pelinegra riendo levemente.

-Sé que ha sido complicado para ti; sobre todo cuando hablamos de Loki- al escuchar el nombre del gigante de hielo, suspiró- he visto algunas de las cosas que han pasado...-

Mystic: The life changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora