La noticia del exilio de los príncipes no tardó en recorrer toda Asgard, así como la noticia de que la reina parecía no salir de su habitación desde hacía días. Thor siempre iba e intentaba subirle el ánimo, pero Gaia simplemente no tenía fuerzas para siquiera levantarse de la cama, el dolor de haber dejado a sus hijos en la tierra le pesaba demasiado.
La ojiazul se encontraba, como todos los días desde que había regresado a Asgard, recostada en su cama, simplemente viendo por la enorme ventana que daba lugar al balcón. Más allá de las estrellas, sus hijos se encontraban a salvo de todos aquellos seres que quisieran hacerle daño, pero ahora se sentía incompleta, como si las piezas de un rompecabezas se hubieran perdido para siempre.
-A este paso pintarás las telas con tu suciedad- mencionó Loki, entrando a la recámara de la reina.
-Cállate- espetó la joven, sin ánimos.
-En lugar de estar lamentándote, deberías de intentar volverte más fuerte para poder traer de regreso a tus hijos-
-Sé que no puedo hacerme más fuerte, Loki. No intentes engañarme-
-Aun no controlas del todo la magia asgardiana. Si lo logras, podrán regresar- Gaia lo miró con los ojos entrecerrados, no creía que fuera capaz de traer de regreso a sus hijos.
-No estoy de humor- espetó la pelinegra, dándose la vuelta en la cama, dándole la espalda al gigante de hielo.
-No me obligues a hacer algo que no te va a gustar- se quejó el pelinegro, mas la reina ni siquiera se inmutó.
Gaia solo escuchaba los pasos de Loki recorrer la habitación, pero no le tomó importancia, hasta que segundos después escuchó el agua moverse en el recipiente. El dios del engaño sonrió con burla y vació el recipiente sobre la ojiazul, mas no contó con que esta detendría el agua con su mano. El agua flotaba sobre ella sin llegar a mojarla.
-Creo que se te olvidó que puedo controlarla- se burló la reina del hermano de Thor. Loki bufó molesto al escucharla.
Sin que el gigante de hielo lo viera venir, Gaia dirigió el agua hacia él, empapándolo por completo. Loki ahora se encontraba escurriendo agua, con la ropa mojada y el cabello pegado al rostro. Esa imagen fue lo suficientemente divertida para hacer reír a la reina.
-Me alegra que mi estado te divierta- dijo con claro sarcasmo el ojiverde.
-Oye, tú empezaste- respondió la joven con una sonrisa.
De pronto, las puertas de la habitación se abrieron, dejando ver a Thor dirigirse a ellos a paso tranquilo. El digno del Mjolnir se detuvo en seco al ver a su hermano de aquella manera, pero encontrar a Gaia con una sonrisa lo relajó.
-¿Qué ha sucedido aquí?- preguntó el rubio.
-A tu hermano le pareció buena idea darse una ducha aquí- respondió la joven con una sonrisa.
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Mystic: The life change
أدب الهواةHan pasado tres meses desde la separación de los vengadores, tres meses desde que Steve había dejado de estar a su lado. Su embarazo iba avanzando y con ella los deseos de una familia, pero no tenía al hombre de su vida al lado. Mas una invitación d...