s e t e n t a y c i n c o

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Mason y Boni terminaron quedándose dormidos. Ambos se habían quedado mirando el cielo por horas hasta que el sueño los venció.

Cuando Boni despertó, exaltado por su frecuente pesadilla, abrió sus ojos lentamente. Entonces, se dio cuenta de que estaba recostado en el hombro de Mason.

Se sentó rápidamente, separándose del mayor, que estaba profundamente dormido, con su espalda apoyada en la pared. Boni lo miró atentamente y en silencio, ligeramente confundido.

—¿En qué momento me dormí? —se preguntó en voz baja.

El sol le molestó en los ojos, y Boni pestañeó entre muecas. Poniéndose la mano en la frente, se volvió a su ventana, desde la cual podía observar el increíble cielo que estaba abriéndose esa mañana; en su infinidad no se hallaba rastro de nubes, y los colibríes llegaban para comenzar a tomar el néctar de las flores.

Parecía que la temporada de verano estaba presente.

El sonido de un golpe lo asustó, y rápidamente miró hacia la puerta de su habitación, que estaba abierta.

—¡Son unos ladrones! —ladraba George al fondo del pasillo, con sus pisadas provocando eco—. No voy a tolerar ninguna de sus estafas basuras. ¡Mason!

Boni se alarmó, mirando a Mason, que no se había despertado con el estruendo.

—¡Jusepie! —volvió a llamar George como una bestia.

Boni se acercó a Mason y le tomó el brazo. Comenzó a sacudirlo suavemente.

—Mason... —llamó—. Mason, despierta. Rápido.

Los párpados del mayor temblaron y sus ojos se abrieron. Levantó su cabeza, y miró a su alrededor, desconcertado. Cuando su mirada se encontró con la de Boni, pareció más confundido.

—¿Me dormí?

Boni iba a avisarle que George estaba enojado, pero entonces el hombre comenzó a golpear la puerta del cuarto de Mason, exaltándolos a ambos.

—¡Oye, muchacho! —vociferó—. ¡Que te estoy llamando!

—Oh, esto no es bueno... —murmuró Mason y frunció el ceño—. Boni, escucha bien... —le dijo, incorporándose—, cuando tengas la oportunidad, ve y escóndete.

—¿Qué? —susurró él—. ¿Por qué?

—Parece que mis padres no sólo fueron a una conferencia... —respondió, dirigiendo su mirada a la salida del cuarto de Boni, para luego volver a mirarlo—. Boni, toma tu celular y vete.

—Mason, no lo entiendo... —Boni se puso de pie, y sus hombros se tensaron cuando otro golpe lo sorprendió.

—¡¡Mason!!

—Sólo hazme caso —insistió Mason.

—¿Qué es lo que le pasa? —preguntó, nervioso—. ¿Hiciste algo malo?

—No lo creo, pero cuando está así todo lo que haga está mal.

—¿Te va a pegar?

—Ya no soy un niño, así que no me imagino que lo haga. Pero si lo intenta, me veré en la obligación de detenerlo.

—Pero...

—Ya vete —exigió.

—¿Está loco?

—Boni, no es la primera vez que mi padre aparece en esas condiciones, no te preocupes tanto. —Una sonrisa se le escapó—. Yo te llamaré en cuanto todo se calme.

Di Mi NOMBRE [TERMINADA ✓] VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora