n o v e n t a y s e i s

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Los pies de Boni volvieron a frenar abruptamente por sexta vez cuando estaban por cruzar la calle.

—No, esperen —dijo—, no puedo hacer esto...

Albert, Mason, Nicolás y Rebeca voltearon a mirarlo.

Nicolás puso los ojos en blanco.

—¿Puedes o no puedes, Boni? Ya decídete —suspiró.

—¡No me presiones! —Boni abrazó su abdomen—. No es fácil...

—Piensa esto bien —le dijo Mason—. Si sientes que tienes el valor...

—Es que ese es el problema —discutió, con la cabeza agachada—. Tengo mucho miedo.

Albert lo miró con compasión.

—Entonces, no tienes que...

—Pero quiero verlo —interrumpió Boni, apretando su suéter con los brazos—. Quiero acercarme para pedirle perdón y... tratar de hablar con él.

Mason y Albert cruzaron una mirada, ahora dudosos.

Rebeca se acercó a él para tomar sus hombros.

—Escucha, Boni —dijo, a lo que él levantó la mirada—. Nadie va a presionarte, ¿está bien? Todo esto está bajo tu propia decisión. —Sonrió—. Si lo que quieres es ver a Elías y tener una conversación con él, pero tienes miedo de hacerlo, piensa en que nosotros estamos aquí contigo.

—Estaremos detrás de ti en caso de que necesites apoyo —agregó Nicolás, con Abel sosteniendo su mano, distraído con las divisiones del pavimento.

—Te estaremos observando, así que no debes preocuparte —terció Mason.

Boni tomó aire y lo soltó lentamente.

Con sus ojos oscuros reflejando sus nervios, puso su mano sobre su pecho, pensándolo unos segundos más.

—Bien... —dijo finalmente—. Sigamos.

Ellos sonrieron.

Era sábado por la tarde. Rebeca, Nicolás y Boni habían terminado su tiempo de práctica en el salón donde habitaba el viejo piano que Mason le había regalado.

Luego de trabajar por largos meses, dedicados y decididos, los tres jóvenes finalmente habían logrado concluir con su álbum: "Fulgor Nocturno de Primavera", con un total de doce canciones, entre las cuales la principal era: "Anhelada Euforia".

Nicolás había ayudado a escribir una buena parte de casi todas las canciones, llegó a hacer un limpio trabajo en equipo con Rebeca; ambos eran muy buenos con los versos concretos. Mientras tanto, Boni —pese a que también participó en la escritura con sus dos amigos— se encargó de armar las melodías... sin embargo, no lo hizo solo, sino que Mason lo apoyó un montón.

El ojiazul sabía de música mucho más de lo que Boni pudo imaginarse; tenía un oído impresionante, y le sorprendió aún más saber que también había tocado violín en una corta temporada de su vida, por lo que tenía conocimientos y ayudó a Rebeca a perfeccionar aún más su técnica.

Boni sentía un peso doloroso en su corazón al pensar que los sueños de Mason pudieron haber sido ser un músico dedicado al piano, pero que ahora estaban completamente destruidos en contra de su voluntad.

Era una nueva razón por la que Boni quería esforzarse más para conseguir llegar a lo más alto: quería cumplir el sueño de Mason en su lugar y otorgarle esa felicidad.

Eso iba a hacer.

Como grupo, Boni sentía que se habían fortalecido, y eso le daba mucha más confianza. No obstante, no podía evitar sentir mariposas en su estómago al pensar que cada vez estaban más cerca de la competencia; eran ocho días los que tenían para ensayar antes de que fuera el momento. Lo que más asustado lo tenía, era que no sabía lo que iba a pasar.

Di Mi NOMBRE [TERMINADA ✓] VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora