c i e n t o o c h o

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Tres horas antes...

Luisa atacó a Julieth con la cuchilla cuando ésta buscó golpearla con el bate. Julieth esquivó por poco, con su ropa rasgándose tras recibir el filo del arma blanca.

—¡James! —Alexander corrió hasta el chico y lo tomó—. James, por favor, responde.

Por la comisura de la boca de James escurría un hilo de sangre. El joven no respondía.

Alexander, preso del miedo, lo sacudió.

—¡Maldita sea, James! ¡Abre los ojos, idiota!

Julieth blandió su bate y golpeó a Luisa fuertemente en el estómago, alejándola de ella.

Luisa tosió.

—¡Usted es una degenerada! —gritó Julieth a la mujer, que levantó su mirada a ella con un brillo asesino sobre sus ojos.

—Siempre me lo han dicho —murmuró, antes de volver a atacar a Julieth.

Julieth recibió un corte en la mejilla, pero logró evitar salir muy herida. Y, antes de que Luisa le cortara el cuello, Bruce apareció para darle un golpe a la mujer sin pensarlo dos veces.

La mujer, aturdida, cayó de lado.

—¡¡Yo no dejo que lastimen a mis amigos!! —gritó el moreno—. ¡¡Son lo único que tengo!!

Luisa escupió un diente y miró de reojo a Alexander, que estaba distraído, tratando de revivir a James.

Apretando el cuchillo, Luisa corrió hacia el joven de pelo rojo, que no la sintió venir.

—¡¡Alex, atrás!! —gritó Julieth, que quiso lanzar el bate a la mujer, si no fuera porque corría el peligro de golpear a Alexander en su lugar.

Y cuando Alexander giró a mirar, la mujer enterró el cuchillo en su espalda.

Alexander soltó un jadeo ahogado.

—¡¡AAARGH!! —rugió Bruce, que corrió hasta la mujer para atacarla, pero ella fue rápida y se giró para apuñalarlo a él también en el costado de su cuerpo.

Bruce cayó de rodillas instantáneamente, soltando gimoteos sufrientes.

—¡¡NOOO!! —gritó Julieth guturalmente.

La chica gruñó, levantó su bate y corrió hasta Luisa. Y, cuando vio que la mujer utilizaría el mismo truco en ella, retrocedió a tiempo y le golpeó fuertemente el brazo con su bate.

Luisa soltó un alarido y soltó la cuchilla.

Sin esperar, Julieth levantó el bate de nuevo para golpearle la cabeza, pero entonces Luisa detuvo el golpe con una mano.

Julieth abrió los ojos, apretando los dientes.

Luisa la jaló del bate, tomó la cuchilla rápidamente, y, en cuanto Julieth cayó, el filo de la cuchilla apresó sus entrañas.

Julieth gritó y empujó a Luisa para alejarse de ella. Cayó de espaldas sobre el suelo, tomándose la profunda herida en su cuerpo, que quemaba y palpitaba como si alguien hubiese encendido una llama dentro de su cuerpo, que la consumía lenta y tortuosamente.

Trató de respirar correctamente y abrió los ojos.

Entonces, vio con terror la manera en la que Luisa arrastraba a sus amigos hasta el borde de la ventana.

Abrió los ojos de par en par.

—¡¡NOO!! —sollozó y comenzó a arrastrarse—. ¡¡NO LO HAGAS!! ¡¡DETENTE!!

Di Mi NOMBRE [TERMINADA ✓] VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora