c i n c u e n t a y d o s

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Boni oprimía el botón pulsador del portaminas una y otra vez, sacando la punta de éste, mientras su cabeza luchaba por prestarle atención al maestro de química aunque fuera un esfuerzo en vano.

Sus ojos gatunos constantemente miraban el reloj, esperando a que éste marcara la hora de descanso para finalmente poder salir de la clase. Realmente no soportaba química; no le podía entender nada, y eso lo frustraba.

Analizó el tablero, entornando los ojos, e intentó recordar los nombres que le había puesto el maestro a esos rayones con figuras geométricas, pero no dio resultado.

Suspiró, dejándose caer de espaldas sobre el espaldar de su pupitre, y golpeó el portaminas contra su cuaderno.

Detrás de él, alguien le tocó la espalda. Boni puso los ojos en blanco porque sabía perfectamente quién era.

Intentó ignorarle, pero luego Dylan le dio un jalón a su cabello.

—Ash —murmuró Boni, tomándose la cabeza. Cuando se volvió a Dylan para reclamarle, éste le pegó algo en la frente de un manotazo.

A su lado, unas chicas soltaron risitas mientras le miraban.

Boni se quitó el papel y lo leyó:

"AFEMINADO".

Haciendo una mueca, Boni arrugó el papel y levantó la mano.

—Maestro —llamó.

El profesor Gilbert se interrumpió para mirar a Boni, y éste levantó el papel hecho una bola.

—Dyla... ¡Mph!

Boni no alcanzó a decir nada cuando el muchacho le tapó la boca.

—No le oiga, profesor —dijo él, pellizcándole disimuladamente el brazo a Boni con fuerza, cosa que le provocó al más pequeño un corrientazo doloroso—. Quiere hablarle de nuevo de sus estrellas.

—¿Por qué le cubres la boca? —le preguntó el maestro, que notó perfectamente el gesto de dolor de Boni.

—Para que no se ponga a parlotear. Va a comenzar a preguntarle cosas inservibles como siempre hace.

—¡Mph! —se quejó el chico.

—Dylan, destápale la boca a Boni.

—Pero...

—Ahora.

En un gruñido, Dylan obedeció, y se sentó en su pupitre. Miró a Boni con la mandíbula apretada.

—¡Puaj! —se quejó Boni, limpiándose la boca con la muñeca. Las manos de Dylan sudaban mucho.

—¿Qué querías decir, Boni? —preguntó el maestro de química, mirándole sobre sus gafas pequeñas y redondas.

—Ah —Boni tomó el papel arrugado y se lo ofreció al profesor—. Dylan me pasó esto.

Gilbert se lo recibió, y le lanzó una mirada a Dylan, cuyo pupitre estaba detrás del de Boni. Abrió la bola de papel y leyó su contenido. Acto seguido, señaló a Dylan y lo sacó del salón con un gesto de mano.

—Si quiere hablar con alguien, que sea en el receso. Chao.

Las chicas ahora se rieron de Dylan, y el muchacho enrojeció hasta las orejas. Se levantó de su silla de mala gana, pasó al lado de Boni y le miró de forma asesina, prometiéndole en silencio darle una paliza.

Boni lo ignoró, mirando su cuaderno.

—Si me sigo enterando de que en mi clase se pasan mensajitos, les dejo claro que inmediatamente se las mandaré a sus padres y las leeré ante el colegio —advirtió el profesor Gilbert antes de dejar la nota sobre su escritorio para así continuar con su clase.

Di Mi NOMBRE [TERMINADA ✓] VERSIÓN NO CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora