—Rápido, rápido —murmuró Boni a Rebeca y ambos cruzaron por el pasillo.
Se detuvieron en la esquina y Boni se asomó para asegurarse de que no hubiera nadie. Efectivamente, estaba vacío.
—Ven.
Rebeca lo siguió y continuaron su camino hasta la salida de la mansión. Cuando llegaron a las puertas, Boni se apresuró a abrirlas para salir con la chica al patio.
Ya eran las siete de la noche, por lo que el cielo estaba oscurecido.
Más relajados, los chicos caminaron uno al lado del otro por el camino de adoquines hasta el portón, en donde se despedirían.
Luego de que los muchachos se inscribieron para el concurso de otoño, Rebeca propuso hacer una práctica inicial, para así poder conocer el puesto que cada uno ocuparía. Hacer cantar a Nicolás no fue sencillo, puesto que, para sorpresa de Boni, era bastante tímido con las chicas.
Al final lo logró hacer y Boni les acompañó tocando una melodía en un piano online que Rebeca le ayudó a encontrar. Las voces de Rebeca y Nicolás combinaban muy lindo, pensaba Boni, y si practicaban diariamente, el resultado sería mejor.
Rebeca suspiró y sonrió.
—Espero que podamos calificar para participar... —dijo en voz baja.
Boni la miró. El perfil de Rebeca revelaba la punta redonda que su nariz portaba.
—En serio quiero que lo primero que escuche mi mamá sea mi presentación.
—¿Ya le dieron sus aparatos? —le preguntó Boni.
—La otra semana se los darán —contestó Rebeca, con su mirada perdida en los adoquines—. Ella me dijo que los guardará hasta que llegue el momento. —Sus ojos oscuros brillaron—. No le quiero fallar.
—No lo harás —sonrió Boni.
—¿Pero qué pasa si no podemos ingresar? —Rebeca le miró a los ojos con preocupación—. ¿Qué pasa si no somos aceptados por ser menores de edad?
—Si el concurso permite que los participantes sean menores de edad, no tendría sentido que no nos aceptaran por eso.
Rebeca guardó silencio, pensándoselo.
Boni levantó la mirada al cielo, que parecía un enorme agujero, totalmente vacío.
—Yo creo que lo que califican es nuestro estilo de vida —dijo—. Cosas como... quiénes son nuestros padres y eso. Es para saber si somos aptos para participar o no.
—Y tú eres huérfano, Boni... —recordó Rebeca y se angustió—. ¿Eso no nos perjudicaría?
—No soy exactamente huérfano... —Boni miró sus zapatos—. Pero tampoco quiero decir que George y Alice son mis padres.
—¿Y qué fue lo que pusiste entonces en la pregunta de parientes?
Una pequeña mueca avergonzada se asomó por la expresión de Boni, junto con un leve color carmín en sus mejillas.
—Mason...
Rebeca parpadeó.
—¿Él no sería tu hermano?
—¡No tenía otra opción! Ni siquiera creo que George o Alice me consideren parte de su familia. Mason es el único que lo hace en este momento —discutió, y sus ojos se volvieron tristes—. Hubiera puesto Albert si él no se hubiera ido.
Rebeca le miró con compasión, pero no dijo nada al respecto.
Lo que restó del camino estuvo en silencio, sólo escuchándose sus pasos parejos por los caminos del patio de la mansión.
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Di Mi NOMBRE [TERMINADA ✓] VERSIÓN NO CORREGIDA
Poésie¿De qué manera un infante percibe la vida? ¿Qué ocurre dentro de la cabeza inocente de un niño que fue criado en un orfanato dulce cuando se encuentra con el lado oscuro del mundo externo? Ser huérfano no era difícil para Boni. Su todo en la vida er...