Cita o Visita? Parte 1

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El dia en que iba ir por primera vez al a casa de Rengoku-san, llego luego de un par de meses... Me inunde de suspiros y emociones inentendibles para mi joven ser. Antes de pasar por su casa, me dirigi al Orfanato a dejar una canasta de arándanos para los niños.

- Suzume-chan, que alegría verte e nuevo- Me recibía May-san con una sonrisa.

- Le traje su encargo- Respondí con algo de agitación.

- Oh! cierto, te lo agradezco ¿Quieres pasar?- Me invito a tomar algo de agua para calmar mi sed.

- No,no- Negué con la cabeza- Ando a contratiempo, debo ir a-a...yo t-tengo q-que- empecé a tartamudear de pronto apretando mis labios de la vergüenza.

- Vaya- Se llevo la mano al rostro sonriendo con la mirada- Tiene una cita mi pequeña flor?- Pregunto divertida

- Como? yo...no es nada de eso - Mis mejillas se tiñeron cual tomate maduro en el campo.

- Se tratara del joven Rengoku?- Adivinaba acertadamente 

¿Es que acaso tengo un letrero fluorescente que tenga su nombre en mi frente?

Asentí en pose tímida.

- Necesitas pasar muchacha, no pienso dejar que te vea con esa apariencia!- sujeto mi mano y me llevo a rastras adentro.

- May-san el sabe como vistoooooo- Mi voz resonó en el pasillo.

Como si volviera a los tiempos en que era una haraposa niñata, me introdujo hacia la tina de madera y me pasaba la esponja por la espalda.

- Estabas sudando demasiado, por querer irte rápido cierto?- May-chan no dejaba de jugar conmigo.

- No pierda su tiempo, que mas da como me vea- Mis labios formaron un puchero.

- Para un chico importa mucho-

- El no es asi, Rengoku-san me acepta con mi apariencia, por mas poco femenina que sea-

- El otro día te confundió con un chico ¿Crees que eso esta bien?

- ¿Por que no lo estaría?- Me levante para coger la toalla- Solo somos amigos, creo... Dude en ultimo momento.

- Estan en una edad difícil, no se lo compliques mas- Ella secaba mis cabellos con suavidad y pasaba la peineta- Eres una mujer y el es en un hombre, la amistad entre sexos opuesto tiene un punto de quiebre muy frágil.

- Donde esta mi yukata?- Intente pasar por alto su comentario, no queria pensar en el de esa forma, yo lo admiraba. Además soy muy simple, plana, mis manos tienen la textura accidentada por el uso de la katana, tengo algunas cicatrices en mis rodillas, soy lo ultimo en el que se fijaria...

Como mujer.

Ella sonreia con una pizca de melancolia y me paso un kimono.

- Es...Es... Rosaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa- Mi alma salía de mi delgado cuerpecillo.

- Suzume por Dios, te quedaría muy bien, fue el ultimo regalo que envió Shinjuro-sama- Me reprendía con un dedo levantado- Deberías mostrarle agradecimiento cuando lo veas, ha estado pasando una mala racha- El rumor había llegado hasta este lugar.

Desde que me dejo a mi suerte en el Orfanato, no lo volví a ver hasta que me llevo con mi Maestro y solo enviaba a su cuervo kasugai en raras ocasiones para preguntar si seguía con vida, después de un incidente vino de nuevo y fue la ultima.

 Cuando me recibí de cazador, ese kimono fue obsequiado.

- Quiza pensó que lo usaría en mi entierro- Hice una broma y admito que fue de pésimo gusto.

Se mío Rengoku-san (Rengoku x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora