Se mío Rengoku-san (Rengoku x OC)

Dimisión

"En nuestros locos intentos renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser"

-  William Shakespeare

Es de noche y caminar a su lado es añoranza de andar con el sol. Suzume lo lleva del brazo para atender al chico de cabellos rubios en casa, la huida provoco que se le abrieran algunos puntos de sutura en la pierna.

- Kyoujuro, espero que esta vez te des cuenta que todo tiene un limite- Lo regaño con un toque maternal en su voz.

- Umu !- Aseguro con ese tono de voz alto y convincente- Prometo que no volverá a pasar, te diste cuenta que no soy perfecto ¿Cierto?- 

- Eres como eres y por eso me encantas- Declaro sin titubeos.

Kyoujuro se mordió los labios para no exponerse, aunque los nervios erizaban su piel.

Solo tenían 18 años si bien la vida los llevo a madurar a fuerza, el amor guardaba secretos y distancia para los que no estaban preparados.

Recorrieron el camino como si de una pareja se tratara, por mas que la realidad era otra, la mujer tenia un brillo en los ojos, su ilusión florecía cálidamente.

- Kyoujuro, lastímate mas seguido-

- ¿Eh?-

- Nada, yo me entiendo-

El viento refrescaba la noche de verano, las nubes se cargaban en lo alto del cielo, ellos llegaron a la extensa residencia y Suzume lo atendió personalmente, después de que saliera de la ducha lo ayudo a cambiarse, habia cambiado sus vendas, desinfecto la herida y le estaba ofreciendo la cena.

- Pero no soy un niño!- Ladeo el rostro y evito la proximidad de los palillos que contenían la comida. 

- Sin protestas Kyo-chan- Bromeo con el dándole ese diminutivo tan personal- O serás acusado con vuestro Padre.

- El no esta, estoy salvado del regaño!- Hizo un puchero sin darse cuenta.

La castaña se llevo una mano a la altura de los labios y ahogo una risilla.

Al reaccionar de lo que había dicho el rubio rompió en risa y su cuerpo cayo hacia el futon, su antebrazo le cubría medio rostro.

- Esta saliendo a flote la envidia que le tengo a mi pequeña hermana-

- ¿Por que envidiarías a Harumi?-

- Ella te tiene las horas y se que la amas mas que nada en este mundo!- Manifestó con tono enérgico.

La chica lo escucho mientras dejaba el platillo sobre la mesita de noche.

- El amor no es exclusivo ¿Acaso no puede caber otra persona en mi corazón?- Ella estaba muy cerca cuando le hablo en voz baja.

El retiro su brazo y sus miradas se encontraron, una escena tan intima donde e viento se escabulle entre las ventanas abiertas y agita sus cabellos.

En el reflejo de los ojos dorados solo Suzume esta y viceversa, esa corta distancia era fastidiosa, sus manos la entrelazaron por la espalda y sus narices se rozaron, labios a milímetros de estrecharse... Hasta que el ruido de la puerta los separo de sobresalto.

- Disculpe que llame a esta hora pero la niña tiene hambre y..- Akane explicaba sentada formalmente tras la puerta.

- Comprendo ire de inmediato- Respondió la de ojos verdes hablando en la dirección del llamado.