Se mío Rengoku-san (Rengoku x OC)

El secreto de mi hermano (2da parte)

Un bulto de ropas amontonadas fue el reemplazo que dejo sobre su futon, Suzume dilata la mirada y sus verdes orbes se encogen.

Su hija esta desaparecida.

Una nota esta debajo de todas las prendas, la toma enseguida para leerla.

"Hahaue, voy a ver a mi hermano, lo siento volveré pronto"

Ella esta desesperada y sale angustiada a preguntar por todos lados y aunque no quisiera ir a la mansión Rengoku, lo tiene que hacer.

Sentía que el corazón le apretaba, cuando toco la puerta, el miedo erizo su piel de solo imaginar la reacción de Shinjuro.

No tenia claro si era buena o mala suerte el que no este en casa, es lo que le informo Senjuro.

- Te ayudare a buscarla- Determino el hermano de Kyojuro.

- G-gracias- Contesto entre lagrimas.

Ambos partieron hacia la Sede, que era el lugar donde regresaría el Pilar. La noche es oscura y fria en el camino al interior del bosque.

- Si mi hermanita fue para allá, nos darán mas información certera- Razono el menor.

- Yo soy una pésima madre-

- No eres la primera mujer que pierde a su hijo- Consoló con voz amable- Mi hermano me conto que una vez de niño se perdió en un festival

- ¿Y como lo encontraron?-

- Una madre no se rinde Suzume, es lo que hizo la mía- Relato- Le llevo horas pero nunca perdió la fe.

Cálidamente recibió las palabras de Senjuro con esperanza.

La travesía era larga; sin embargo no desistiría en el pasar del tiempo que les llevo aproximarse. El Pilar del Viento regresaba y cruzaron caminos.

La mujer lo reconoció de inmediato y no dudo en preguntarle por su hija desaparecida. Sanemi levanto una ceja al notar que Senjuro era una copia idéntica del Pilar de la Flama.

"¿Que pasa con esos genes?"- Cuestiono absorto en su pensamiento.

- Si , la enana estuvo por aqui- Afirmo con tono tosco- Tsk, ¿Tomioka no la llevo contigo?- Indago con mirada indiferente.

Ella negó.

- Entonces imagino que la llevo con Rengoku, después de todo sus sectores son cercanos.

- Muchas gracias, Shinazugawa-san- 

Tanto la chica como el rubio, hicieron una venia.

- Si, si como sea- Se retiro alzando la mano en señal de despedida.

Ahora solo restaba tener paciencia. 

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Vigilante y atento, en la superficie cubierta de campos verdes, el Pilar de la Flama espera la aparición del demonio que aterra a los campesinos del lugar. Afilaba su espada y pasaba un pañuelo para dejarla impecable.

Caminaba con postura recta, una sonrisa natural en una noche cotidiana donde salía a cazar. Anhelaba regresar pronto y ver a su familia.

Cuando Harumi vio a su hermano, estaba de espaldas y soltó la mano de Tomioka, corrió emocionada a su encuentro.

- Anihue!- La niña lo reconoció- ¿Qué haces solo en este lugar?

- Que extraño, escuchar su voz suena tan real- El creía que lo soñaba.